EEUU y la OTAN bloquean la Conferencia de Belgrado
Después de reconocer que la Conferencia de Belgrado ha supuesto un útil cambio de puntos de vista en relación con las discusiones del acta de Helsinki, el enviado especíal en Be1grado del diario oficial del PCUS, Pravda, subraya que la etapa final de la conferencia no funciona correctamente debido «a los esfuerzos de ciertas delegaciones que manejan los compromisos sobre las cuestiones fundamentales».Vasili Jurasvski, cronista de Pravda, se refiere concretamente a los norteamericanos y a «ciertos aliados de la OTAN», cuando habla de las dificultades, concretadas en torno a resolver el verdadero problema sobre los derechos humanos, tema inscrito en el proyecto de clausura de la conferencia y añade que no constituyen sorpresa, ya que estaba previsto dentro de las posiciones adoptadas por la delegación americana desde el primer día de la conferencia. «Es evidente -indica el enviado especial- que sería una política de miopes el que la URSS cediera a cualquier presión y renunciara a sus inflexibles posiciones.»
Finalmente el periodista de la Unión Soviética advierte que las maniobras dilatorias y las tentativas de «ciertas delegaciones para realizar un compromiso sobre las cuestiones de principio», deben ser tenidas en cuenta antes de concertar un documento final positivo.
En Belgrado continúan los debates
Mientras tanto, en Belgrado prosiguen los trabajos de la fase final de la conferencia y, según informa Efe, varias delegaciones han propuesto la redacción de un breve documento que resuma las diferencias que subsisten entre los distintos países representados sobre la cuestión de los derechos humanos que bloquea la conferencia.
Para la redacción de este borrador se ha pensado en una iniciativa de los países neutrales, con la intención última de que estos presenten una propuesta de compromiso que parece muy difícil de redactar.
El nuevo borrador, que no sería firmado por ningún país, incluiría un párrafo dedicado a la distensión, otro a la necesidad de aplicar el acta final de Helsinki, otro sobre el desarme y un último relativo a los trabajos preparatorios de la tercera fase de la conferencia, prevista para 1980 en Madrid. Al parecer, el binomio derechos humanos no sería incluido en el borrador por contar, de antemano, con la oposición formal de la Unión Soviética.
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