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Hoy, decisiva "cumbre" de los partidos italianos para salir de la crisis

Subida de la luz, de los ferrocarriles, de los teléfonos. A esto se reduce para la gente de la calle el plan de austeridad que el primer ministro encargado, Gulio Andreotti, propone para sacar al país de la crisis y del déficit crónico. Políticamente sus propuestas son todavía vagas y ambiguas.

Hoy Andreotti tiene una cita importante y acaso definitiva con los secretarios políticos de los seis partidos constitucionales: comunistas, socialistas, socialdemócratas, republicanos, democristianos y liberales. Ayer discutió ampliamente con los líderes de su partido, mientras socialistas y comunistas se reunieron para pronunciarse sobre el borrador de política económica, que les había entregado anteayer.La novedad de la propuesta de Andreotti es por lo pronto, el plazo o término que se prefija. Hace una semana se contentaba con proponer un Gobierno a corto plazo hasta diciembre de este año, hasta la elección del presidente de la República. Ahora, después que el plan de política económica de los sindicatos se proyecta en tres años, Andreotti quisiera también hacer un Gobierno hasta que venza la legislatura.

Los puntos del acuerdo

El Partido Comunista sólo le pide ahora lo mínimo que puede pedir: participar en una mayoría contratada y explícita. Andreotti se dispone ahora a contratar esa mayoría con los comunistas. El nudo político sigue siendo si será explícita o no, es decir, si los comunistas firmarán o no la confianza al Gobierno formado por Andreotti.

Andreotti propone proceder así: primero discutamos el programa y luego formemos el Gobierno, lo contrario de lo que hicimos en el verano de 1976. Luego se discute la estructura objetiva del Gabinete que sea capaz de realizar el programa. En tercer lugar, el Gobierno pide el voto de confianza a los grupos que concertaron el programa, y, por último, los grupos se comprometen a actuar el programa, «en un adecuado espíritu de cooperación parlamentaria». Andreotti no habla claramente del comité de garantes parlamentario, ni dice cómo los comunistas firmarán el voto de confianza. Tampoco se lo dijo ayer su partido, que por ahora quiere simplemente que se las arregle solo.

Comunistas y socialistas siguen pidiendo claridad y que, en vez de convergencias parlamentarias, se hable claramente de alianza y aceptación política de su voto. Los republicanos se declaran satisfechos, pero quieren estudiar el programa económico a fondo. Los liberales consideran genéricas las propuestas de Andreotti y de cesiones a los comunistas. Su oposición de principio encontrará un arreglo a la hora de firmar con los comunistas. Esta es la impresión general.

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