La crisis de SEAT, producto de la mala gestión empresarial
Juicios y críticas desfavorables para la marcha empresarial de SEAT figuran en todos los informes elaborados sobre la situación de la empresa, a raíz de la demanda de la dirección de suspender durante veinticuatro días las actividades de sus plantas de Barcelona.
Los informes, elaborados respectivamente por la Delegación de Trabajo de Barcelona, la Consellería del Treball de la Generalitat y los trabajadores, evidencian que los problemas actuales de SEAT no responden a una situación de tipo sectorial, sino que son simplemente consecuencia de la deficiente estructura y administración de la empresa. Todos los informes que serán elevados a la consideración del Consejo de Ministros, coinciden también en señalar que las medidas solicitadas por la empresa no resuelven la situación, sino simplemente la retrasan.En el informe elaborado por los trabajadores se afirma que la evolución de la situación económica de la empresa fue mucho mejor durante 1977 que en años precedentes y que el origen de los problemas estriba en que durante años SEAT ha ostentado una situación casi monopolística en el mercado, no poseyendo estructuras gerenciales adecuadas para un marco de competencia libre. Los trabajadores denuncian también la incongruencia entre las declaraciones formuladas en noviembre del pasado año por el presidente, Juan Miguel Antoñanzas, y la presentación de solicitud de expediente. Tras señalar que SEAT es la única empresa automovilística que pierde mercado en estos momentos en España, los trabajadores consideran que se hace necesario someter a la empresa y su gestión a un control parlamentario y de los propios trabajadores.
Finalmente, los trabajadores entienden que existen irregularidades en la contabilización de determinadas partidas, especialmente, en el capítulo de amortizaciones, y proponen como alternativa para salvar la importante partida de stocks existente (80.000 unidades) una rebaja en el precio de los coches, especialmente en aquellos modelos que lo integran mayoritariamente.
El informe de la Delegación de Trabajo, por su parte, señala que la rentabilidad de la empresa ha ido deteriorándose progresivamente desde 1974 y que la suspensión de actividades durante veinticuatro días no contribuirá a resolver ninguno de los problemas planteados. Asimismo, se propone que la empresa abone a sus trabajadores el 25% del salario durante la suspensión de actividades, cubriendo el seguro del desempleo el 75 % restante. Por otra parte, y para no perjudicar excesivamente los intereses de las empresas suministradoras y auxiliares, se plantea la posibilidad de efectuar esta suspensión de funciones en etapas de tres meses.
El tercer informe, elaborado por la Consellería del Treball de la Generalitat, insiste en lo ya apuntado por los restantes, en el sentido de que no solventará ninguno de los problemas existentes la paralización solicitada. Añade el informe que los costes son excesivos y que la empresa tiene capacidad contable para financiar sus actuales stocks, siempre que afronte un drástico programa de reestructuración en los primeros seis meses del presente año, consistente en: replanteamiento del plan de producción, con lanzamiento de nuevos modeios; reducción de precios en algunos modelos; mejoras del servicio posventa y de asistencia técnica; y plan de incremento de exportaciones, en coordinación con Fiat. El informe atribuye finalmente la crítica situación de SEAT a una falta de estrategia de mercado, así como de iniciativa y dinamismo empresariales, como lo demuestra la exclusividad de las dificultades, no sectoriales.
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