El embajador español en Argelia concluye su "misión especial"
El embajador español en Argelia, Gabriel Mañuecos de Lecea, concluyó ayer por la tarde la misión especial llevada a cabo durante las últimas 48 horas en Argel sobre el tema de las relaciones entre los dos países, congeladas desde hace más de mes y medio como consecuencia de la publicación en la prensa oficial argelina de artículos que calificaban de colonia al archipiélago canario.
El embajador Mañuecos, que fue llamado a consultas a Madrid el pasado día 23 de diciembre, viajó el miércoles de esta semana a la capital argelina para informar a las autoridades de ese país de la posición española sobre una normalización de relaciones entre los dos Estados, después de las dificultades surgidas. A este respecto, el señor Mañuecos se entrevistó ayer, en la sede del Ministerio argelino de Asuntos Exteriores, con el director general de Asuntos Políticos de ese departamento, señor Buselman.
El embajador español debía regresar a Madrid inmediatamente después de su entrevista con el señor Buselman, pero hasta ayer por la noche no había emprendido el viaje. Un diplomático extranjero con sede en Argel informó, por otra parte, a EL PAÍS que la mujer e hija del embajador Mañuecos habían llegado ayer mismo a la capital argelina.
La clave, en Tripoli
Tanto el Gobierno español como el argelino han guardado hasta ahora un total hermetismo sobre el significado y posibles resultados de esta misión, que en medios diplomáticos de Madrid se considera clave para el, proceso de normalización de relaciones entre los dos países:
El viaje del embajador español a Argelia concluye sólo tres días antes de que de comienzo en Trípoli, el próximo día 13, una reunión del comité de coordinación de ayuda a los movimientos de liberación de la Organización para la Unidad Africana. En esta reunión, cuyas decisiones serán trasladadas al Consejo de Ministros de la OUA que se inicia el día 20 en la capital libia, debe tratarse el tema del Sahara Occidental, con vistas a una cumbre especial africana sobre ese problema, y el de las Canarias, cuya «africanidad» es defendida por un cierto número de países africanos.
El viaje de¡ señor Mañuecos aparece, pues, íntimamente relacionado con esta reunión, España vería con buenos ojos, en efecto, que Argelia -que cuenta con peso específico notable entre el llamado «bloque progresista» africano, mayoritario en el comité de coordinación- mantuviese una postura de «no beligerancia» sobre el tema de las Canarias en la reunión de Trípoli.
El Frente de Liberación Nacional (FLN), partido único argelino, ya aceptó implícitamente la soberanía española sobre Canarias en el comunicado conjunto firmado a finales de enero, con el Partido Socialista Obrero Español, al término de una visita de Felipe González a Argel. En el comunicado, ambos partidos afirmaban respetar la «independencia, integridad territorial y soberanía de España y Argelia». Aunque el texto no hacía una referencia expresa a Canarias, una alta autoridad argelina declaró, comentando el comunicado, que su país no ponía en entredicho la soberanía española sobre el archipiélago.
Esta declaración se produjo días después de que el Gobierno argelino clausurase las emisiones del líder independendista canario Antonio Cubillo y restringiese las actividades políticas de u grupo, el MPAIAC.
El pasó siguiente consistiría en que Argelia trasladase esas afirmaciones -realizadas a nivel de partido- a una declaración a nivel guberanamental, con lo cual quedaría resuelto el principal punto del contencioso que, provocó la llamada a Madrid del embajador español y la marcha a su país, «de vacaciones», del embajador argelino en Madrid.
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