_
_
_
_
_

Seis millones de visitantes en el "Georges Pompidou"

Primer aniversario del centro cultural francés

Pompi ha destronado a La Señora. Ayer se celebró el primer aniversario del Centro Pompidou (en París, ahora, se simplifica, y a este monstruo de la cultura se le llama Pompi). De la lluvia de estadísticas sobre los resultados del primer ejercicio destaca el número de visitantes: seis millones, contra los tres millones de autóctonos o extranjeros que atrae anualmente La Señora, es decir, la torre Eiffel, que figuraba en cabeza de las atracciones parisienses; el éxito, en este aspecto, ha sobrepasado todos los cálculos. Otra cuestión son los resultados propiamente culturales de «esta máquina que aún está en rodaje y busca su alma», según nos declaró un animador del centro.Se habían previsto unos 10.000 visitantes diarios: al final del primer año, la media arroja 22.000. El 34 % de los mismos tiene menos de veinticuatro años: el 53 % dicen que los visitaron varias veces. Y dato fundamental: el 65 % de las personas que van al Pompi visitan únicamente la BPI (Biblioteca Pública de Información). Tales son las cifras esenciales. El edificio continúa provocando el espanto: «Esto es un crimen contra la Humanidad», «Una refinería de petróleo indigna», son expresiones tan vigentes hoy como el día de su inauguración. Pero la curiosidad, o la repugnancia extrañamente atractiva pueden más: y los mil empleados que ponen en marcha el motor todos los días, como el presupuesto, se han quedado menguados hasta la angustia de los responsables. La descripción de lo que ha constituido la verdadera revelación cultural del centro ahorra otros comentarios, o los simplifica. Se trata de la BIP, ya referido, y, a mucha distancia, el Ircam (Instituto de Investigaciones Musicales).

Pero, con motivo del primer aniversario del centro, idea puesta en marcha por el fallecido presidente Georges Pompidou, todos los análisis coinciden: la Biblioteca Pública de Información, con sus 13.000 visitantes diarios, ha sido un hallazgo. En esta sección del centro, que ocupa el segundo piso, no se encuentran sólo libros, como en una biblioteca tradicional: el 20 % de estudiantes de segunda enseñanza, el 4 % de desempleados y el resto de sus clientes vienen aquí a la Mediateca (enseñanza de lenguas por medio del audiovisual), a escuchar música, pero operando cada cual en todo tipo de instrumentos de vanguardia tecnológica, a leer periódicos, a obtener informaciones prácticas (alquiler de pisos, legislación de trabajo, convenciones colectivas, etcétera). Cuando se llega al BIP se actúa, se manipula, se toca, se participa y, todo ello, concierne a cuestiones ligadas a la realidad. Una cultura funcionalista, se preguntan algunos expertos, lo cierto es que el sesenta del 65 % de las personas que visitan la BIP son clientes fijos, mientras el 24 % de los visitantes del centro que ven las exposiciones de pintura son gentes de paso.

El aspecto negativo del Pompi, según François Lombard, arquitecto que dirige su programación, consistiría en que el objetivo último del Centro Beaubourg (este nombre responde al del paraje en que está ubicado) ni se ha alcanzado, ni lo harían fácil las posibles presiones interiores y exteriores.

La política cultural del establecimiento preveía una confrontación permanente entre los gestionarios, el personal empleado y el público, es decir, pudiera decirse que el Pompi quería verdaderamente convertirse en una plataforma de creación de conjunto, acercando así la cultura a la vida cotidiana. Y lo que está ocurriendo, según el interlocutor ya indicado, es todo lo contrario: el centralismo burocrático domina el conjunto y, paralelamente, cada sector del centro se repliega sobre sí mismo. Dificultades de orden administrativo, consecuencia del éxito de público inesperado, la tecnología del edificio, que domina al personal empleado y no al revés, parecen ser algunas de las causas que, una vez consumida la sorpresa, pudiesen reducir al centro en un drugstore de cultura o en un escaparate múltiple, objeto de curiosidad pasajera.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_