Encierro médico
Soy un médico que dirige uno de los servicios del Hospital Victoria Eugenia de Madrid. Nuestro hospital, en estos días, se enfrenta con un acontecimiento inusitado para nuestro pequeño mundo: un sector importante de los médicos se han encerrado en el hospital en señal de protesta administrativa. Reclaman que se les abonen las guardias.La protesta de estos médicos -que me parece muy justa- es paradójica y positiva, porque consiste en que trabajan durante todo el día, soportan las incomodidades del hospital durante veinticuatro horas y duermen en las camas de reconocimiento. Esta original forma de protesta positiva, de huelga activa -activísima- avala ya la buena voluntad profesional de estos médicos, que lo que en el fondo reclaman es algo más que unos, honorarios: es una equiparación, en el rango hospitalario, al de otras instituciones nacionales. Porque nosotros pertenecemos a la Sanidad Nacional, y estamos en notoria inferioridad de condiciones con respecto de la Seguridad Social. A estos médicos que conmigo trabajan, se les compensa la modestia de los haberes reduciéndoles lajornada de trabajo, solución fatalista que acomoda bien a los más conformistas, pero que no va con estos médicos jóvenes, impacientes, científicamente competitivos, que no son culpables de las deficiencias de nuestra red hospitaliaria.
La red hospitalaria de Sanidad
Nacional ha venido sufriendo un continuo deterioro y progresivo abandono administrativo, que hoy parece en vías de corregirse, pero estas vías administrativas son demasiado lentas para la impaciencia profesional y científica de los médicos de que le hablo, y que no quisiera acabasen en el escepticismo de tantos. La Sanidad Nacional debe salir de su situación de injusticia en beneficio de los enfermos y de las jóvenes y valiosas generaciones de médicos.
Presidente de la Sociedad Española de Patología Respiratoria
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