Sectores psiquiátricos critican el proyecto de ley de divorcio
El proyecto de ley de divorcio ha recibido una nueva crítica, que se suma a otras de numerosos grupos feministas. En medios psiquiáticos progresistas se han denunciado como atentatoria para los derechos humanos del enfermo mental la formulación del punto del proyecto que establece la enfermedad mental como causa de divorcio.Enrique González Duro, vicepresidente de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, jefe del Hospital de Día de la Residencia Francisco Franco y representante de las tendencias más avanzadas dentro de la asistencia psiquiátrica que se practica en España, expone las bases en las que se funda esta crítica.
«Según la redacción del proyecto, la enfermedad mental es causa de divorcio si impide la comunicación espiritual de los cónyuges siempre que razonablemente no se pueda esperar la curación del enfermo. Teniendo en cuenta la ambigüedad de los términos comucación espiritual o razonablemente cualquier forma de neurosis o depresión puede convertirse en causa de divorcio si el cónyuge interesado en ello consigue el dictamen de un psiquiatra; dictamen que no es discutible ni siquiera por el juez que se declara lego en esta materia.»
«Por otra parte, en el proyecto se señala que la enfermedad mental no será causa de divorcio si no se garantiza la asistencia psiquiátrica del enfermo. Como el ingreso en un centro es la forma más idóneo de asegurar la asistencia, el cónyuge considerado enfermo se ve condenado al internamiento, lo que tal como está la asistencia psiquiátrica en este país, supone la marginación total. Además, tendrá que sufrir toda la vida el estigma de enfermo mental, pues siempre constaría que se había divorciado lo habían divorciado, por esa causa.»
«Esta crítica -puntualiza el señor González Duro- no quiere decir que sea contraria al divorcio sino a que para conseguirlo sea necesario establecer la culpabilidad de uno de los cónyuges o reducirla un confinamiento de por vida.
«Además de resultar discriminatorio para el enfermo, este punto del proyecto perjudica especialmente a la mujer, pues, dada realidad social, suele ser el marido quien dispone de los medios económicos para conseguir el correspondiente dictamen de un psiquiatra.»
En último término, la opinión González Duro y otros psquiatra en su línea sobre el divorcio coincide con la de las feministas, que han opuesto al proyecto de ley: «La voluntad libremente expresada de uno de los cónyuges debe ser causa suficiente de divorcio».
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