Marcelino Oreja expone la política española en Africa
El ministro de Negocios Extranjeros de la República del Niger, capitán Moumouni Djermake, llegó ayer a Madrid en visita oficial a España de dos días de duración. Durante su estancia en la capital española Moumouni Djermake será recibido en audiencia por el rey Juan Carlos, el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y mantendrá conversaciones con su homólogo español, Marcelino Oreja. En la noche de ayer, el jefe de la diplomacia hispana ofreció una cena en honor de su huésped -tras una reunión de trabajo- en la que el señor Oreja pronunció un discurso que incluye las coordenadas de la nueva política exterior de España para el continente africano.
La pasada semana, el ministro español de Asuntos Exteriores anunció ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso que la presencia política de España en el continente africano era uno de los objetivos prioritarios de su departamento para el año 1978. El ministro, calificó la visita del representante del Níger llegado ayer a Madrid, como el primer paso de esta política, cuya filosofía o líneas generales quedó plasmada en el discurso que Marcelino Oreja pronunció anoche ante su invitado.En su intervención, el ministro señaló que «por primera vez la historia es única y universal», gracias a la decadencia del «imperialismo y colonialismo» y en favor del «principio de la unidad del género humano» y del «mundo plural que hoy nos toca vivir». El ministro situó al continente africano como motor de este proceso de recuperación de la unidad y pluralismo de la humanidad y declaró que «el eje de la historia ya no es uno sino que existen una diversidad de ejes» que participarán, de manera creciente, en la configuración del futuro con la especial aportación de Africa entre ellos.
Más adelante, el ministro Oreja señaló como objetivos prioritarios españoles para «la estabilidad mundial» la consecución del final de «la dominación de unas razas sobre otras» y el establecimiento de un «orden económico internacional más justo». A este respecto, Marcelino Oreja hizo una dura crítica de la situación del cono surafricano, con citas a la crisis de Namibia y al apartheid. Asimismo, sobre el orden económico mundial que calificó de «planetario», recordó la actitud española en el diálogo Norte-Sur contraria a la explotación de unos países por otros, señalando que «no basta la igualdad jurídica entre los Estados» sino que urge un orden económico más justo.
El discurso incluyó una breve referencia a los conflictos africanos que «España sigue con preocupación y sin inmiscuirse» y dispuesta a «promover un clima de concordia y de conciliación». Asimismo, el ministro reiteré la idea de que la política hispana se basa en «el respeto escrupuloso de los derechos humanos y en el principio de la igualdad entre los hombres».
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