_
_
_
_

Los intereses económicos, por encima de los deportivos

La fase final del Campeonato del Mundo de Argentina ha quedado organizada, salvo en algún detalle de tono menor, de acuerdo con los intereses de la organización y de la propia Federación Internacional. Los intereses económicos, tal y como estaba previsto, han primado sobre los auténticamente deportivos. Conseguidas las presencias de España e Italia, todo consistía en organizar los grupos de modo que quedasen asegurados unos buenos taquillajes en la primera ronda. A España sólo le faltó la suerte de que el minisorteo le deparase Irán en lugar de Austria. Lo demás le fue dado todo.

Un Campeonato Mundial de Fútbol no puede organizarse en su fase final de un modo estrictamente deportivo, es decir, por medio del sorteo puro, porque ello equivaldría a destruir el espectáculo y a producir grandes déficit. Un sorteo puro podría dar composiciones de grupos totalmente disparatadas. En el caso concreto de Argentina, imagínense lo que hubiera sucedido de juntar a Brasil, Holanda, Alemania e Italia y por otro lado a Túnez, Irán, México y Perú. La selectividad debe hacerse desde el comienzo para evitar sorpresas.Por el sistema del sorteo absoluto el público perdería interés en la competición y acabaría quedándose en casa para limitarse a ver lo que sucedía a través de la televisión. Un mundial es una organización tan costosa que ahora mismo, y dados los precios que se han establecido en el país organizador, las federaciones participantes inician el torneo con números rojos.

De las cabezas de serie designadas entiendo que únicamente cabe discutir a Holanda, puesto que la norma que habitualmente se ha seguido, la de las clasificaciones obtenidas con anterioridad, es muy superior el historial italiano al holandés. Las presiones de los compatriotas de Cruyff han vulnerado la fórmula establecida y los organizadores han tenido que ceder, aunque la contrapartida también ha resultado mollar, dado que argentinos, italianos y españoles jugarán la fase previa en Buenos Aires, lo que equivale a tener interesada a toda la población de la capital del Estado.

Hay quien opina que España no ha tenido suerte en su encuadramiento, pero a mi entender no puede hablarse de una gran desgracia, puesto que salvo la posibilidad de que le tocase a cambio de Austria una selección más facilona como Túnez e Irán, por lo que respecta a las posibilidades de clasificación para la segunda ronda, quizá hubiesen sido menores de haber caído en los grupos dos o cuatro. En el uno ya se sabe que no podíamos aparecer porque era matar la gallina de los huevos de oro obligamos a jugar contra Argentina e Italia.

En el grupo segundo los pronósticos señalan a alemanes y polacos como claros favoritos. Metemos en ese cuadro a cambio de México y teniendo que jugar contra Túnez nos hubiera colocado teóricamente en peor situación.

Alemania y Polonia son dos selecciones de gran entidad y si la primera ganó el título disputado en su país en la anterior edición, la segunda fue la selección revelación, conjunto que por otra parte conserva el armazón de los Juegos Olímpicos de Munich, lo que equivale a decir que está cuajada.

En el grupo cuarto España habría tenido que ceder ante Holanda y disputar su pase a Escocia y aunque con esta selección se han dado bien las cosas en las últimas confrontaciones, su fútbol es siempre de gran potencia y su selección suele tener figuras de talla mundial.

Selecciones más flojas que Escocia y Polonia entiendo que son Suecia y Austria, contra las que Kubala tendrá que dirimir el acompañamiento de Brasil a los cuartos de final. Los suecos realizaron un buen papel en el pasado campeonato y tienen, psicológicamente, a su favor, el haber derrotado a España en Brasil, pero con todo y con eso su papel a nivel mundial no ha sido casi nunca estelar.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_