CRITICA DE DISCOS
Oskorri. Mosen Bernat Etxeparre 1545. CBS S82479.Este es el segundo disco de Oskorri, sin lugar a dudas uno de los grupos de canción popular que más están haciendo por que esta última se constituya en la alternativa cultural que puede y debe ser. Ello no quiere decir que Oskorri practique una música críptica, muy, al contrario, recuperan algo tan fundamental en estos momentos como es la juerga, el baile. Oskorri han sabido combinar el espíritu lúdico de las fiestas populares con la profundidad temática, y este álbum, realizado en homenaje a uno de los padres del euskera (con textos del mismo Mosén Etxeparre remozados en parte por Gabriel Aresti), es un ejemplo de cómo debe tratarse la canción popular en unos momentos en que ésta ya no posee el contenido esotérico que le ofrecía la ilegalidad.
Rick Wakeman. Criminal Record. A M 64660.
Tras su reincorporación al seno de Yes, Rick Wakeman parece haber olvidado gran parte de su habitual grandilocuencia. Los pasajes orquestales han desaparecido y los corales se han reducido a un mínimo. A cambio de ello, Wakeman descubre nuevamente el piano y las secciones rítmicas convencionales (bajo, batería y percusión). En general este disco puede ser considerado como un paso atrás (hacia Las seis mujeres de Enrique VIII) que se agradece después de los engendros de Viaje al centro de la Tierra, Los caballeros del rey Arturo y Sin conexión terrenal, La música de este hombre sigue mostrando todas sus influencias clasicistas mal asimiladas, pero por un lado se acerca un poco al rock y por otro los pasajes de piano son, si no originales, al menos agradables.
Steely Dan. Aja. ABC 17.1246/1.
Este es el sexto elepé de Steely Dan, cuando el grupo ha quedado reducido a sus dos fundadores, Donald Fagen y Walter Becker. El álbum, aparte de contar con una espectacular serie de colaboradores (entre los que destacan Wayne Shorter y Steve Kahn), presenta esa fusión de rock y soul que en su vertiente blanca contaba como máximo esponente a Boz. Scaggs. Un disco soberbiamente producido, lleno de eso que se ha dado en llamar «buenas canciones».
Babelia
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