Ceuta, Melilla y los intelectuales
Bajo el título «Nuestra izquierda y el Tercer Mundo», el jueves 22 de diciembre se publicó en ese diario un artículo de Juan Goytisolo y Roberto Mesa, en el que desde una perspectiva netamente pro marroquí, tras formularse una crítica del uso de la lucha tercermundista para fines internos, por parte de nuestra izquierda, especialmente en el tema del Sahara, los autores, llenos de fe en esa misma lucha, aplican a Ceuta y Melilla «desde una óptica descolonizadora» la calificación de «enclaves dentro del territorio nacional marroquí», llegando a señalar incluso que «una postura progresiva impone el estudio del futuro de la población española asentada en estos lugares».Como españoles y también como políticos, tenemos que decir que es verdaderamente lamentable la actitud de unos intelectuales que desconocen no ya la historia de nuestro país, sino la auténtica realidad étnica y cultural de una parte del mismo, de unos intelectuales que son capaces de experimentar un razonable sufrimiento por el destino de los pueblos sólo según su concepción del campo político en donde se encuentran alineados.
Las relaciones entre España y Marruecos pueden y deben ser buenas, pero siempre sobre la base de que Ceuta y Melilla son legítimamente nuestras porque desde siglos estamos asentados los españoles allí, en unos territorios que nunca han sido de Marruecos, y que, en líneas no sólo de dignidad nacional sino humana y de justicia, estamos obligados a defender. Hay que hablar con claridad y decir a estos intelectuales que en unas tierras que son nuestras, donde somos abrumadora mayoría, «una postura progresiva» sólo supone un estudio de futuro de las minorías étnicas extranjeras que allí habitan, para que su normal integración fortalezca justamente la verdad de nuestra posición.
Secretario general de la Unión Demócrata Cristiana
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