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"Me revienta lo trascendente" Entrevista con el realizador Luis Alcoriza

«Me revienta lo trascendente y lo sesudo. Será que no tengo carácter de director porque en mi obra no hay premeditación de ninguna clase; responde a una cosa puramente emotiva en correspondencia con una realidad, declaró a EL PAIS el realizador Luis Alcoriza.

El director cinematográfico, tras varios meses de estancia en nuestro País, donde ha presidido el jurado del Festival Internacional de Cine de San Sebastián y ha sido objeto de homenaje en la III Semana de Cine Iberoamericano de Huelva, tiene el proyecto de realizar dos películas en España: una coproducción con México, Una historia de amor y de microbios, y una versión de la novela Arre Moisés, de Eduardo Valdivia, de la que ya tiene un tratamiento de guión.Luis Alcoriza, natural de Badajos (1921), emigró a México en 1939 donde adquirió su ciudadanía. Por espacio de cuatro años intervino como actor en doce películas. Como guionista, primero con el director norteamericano Norman Foster, ha escrito más de cien historias. Su colaboración con Buñuel ha sido amplia como guionista en películas como Los olvidados, El bruto y El angel exterminador. A partir de 1960 comienza a dirigir películas, entre las que figuran Tlayucán (1961), Tiburoneros (1962), Tarahumara (1964), Paraiso (1969), Mecánica nacional (1971), Presagio (1974) y Las fuerzas vivas (1975).

«Siempre he obrado por impulsos -añade-, por aquellas cosas que me atraen. Reconozco una tendencia a rechazar el cine urbano, ya que tengo miedo en caer en lugares comunes. Me interesa más conocer de cerca los lugares y personas. Prefiero el juego a los planteamientos sicológicos. Lo que le pasa a la gente en la vida normal tampoco está premeditado. Por eso la elaboración de los guiones es lenta y dura, hasta ver la película.»

En la obra cinematográfica de Alcoriza se ha destacado su sentido del humor, y un entendimiento directo del cine. «Mi humor es muy europeo, español o inglés, un humor de mala leche. Me da miedo lo serio, las personas sesudas. Creo que es más eficaz el cine con humor, que incluso se puede aplicar a las situaciones más vio lentas y trascendentes. Son muchos años de teorizar, incluso hay un lenguaje nuevo tan complejo que las palabras pierden su valor. Todo el mundo quiere dejar su huella y hay mucho camelo en eso de afirmar la personalidad. Yo utilizo una técnica muy simple. El guión sirve para aclarar los matices que no puede expresar la imagen. Es un error confundir el cine y la literatura, caer en el esteticismo o meter siempre la música para apoyar la imagen. Tampoco me planteo complicaciones con el color, me horroriza el colorido de paleta. Hay que conseguir que el espectador no sienta los elementos mecánicos.»

En México, Alcoriza se relaciona con los demás exiliados españoles, como Gaos, Roces, Moreno Villa, y colabora con Buñuel. Su influencia cinematográfica se borra ante una entrañable amistad. «Buñuel ha influenciado en muchos, incluso Resnais lo reconoce. Lo que más impresiona a sus seguidores es el humor, el juego de artificio, su formación surrealista. Buñuel descubre la manera de mover al actor y el juego con las cámaras. Esa necesidad de movimiento parece simple pero es muy complicado. La cámara debe moverse acompañando algo, para meter al espectador en la obra sin esclavizarse a la técnica. Buñuel no es mi maestro. Hay cosas que descubrimos juntos y de ahí surgió una gran amistad. No me ha enseñado a hacer cine sino a ser hombre. Su influencia es tremenda en todo mi comportamiento. Es una influencia en mi vida completa, no en el cine, de tipo fraternal más que artístico.»

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