Conciertos de música contemporánea
Organizado por la sección española de la SIMC (Sociedad Internacional de Música Contemporánea), se celebró un concierto de gran interés en el Museo de Arte Contemporáneo. La interpretación de las diversas obras corrió a cargo de un conjunto instrumental dirigido por José María Franco Gil, con absoluta competencia. Más aún: con un entusiasmo hacia la música de nuestro tiempo que viene a ser signo y cifra de la carrera de este director.En el programa dos estrenos españoles y uno mundial, además de Catalisis, de Jordi Cervelló, y Adatza, sobre texto de Eusebio Erquiaga, el galardonado poeta de Lequeitio, que ya colaboró con Larrauri en Espatadanza. La obra de Cervelló, estructurada según leyes que rigen la evolución de los procesos bioquímicos a partir de la interacción entre sus elementos no descubre, en los resultados, la hipótesis científica de trabajo de la que se sirvió el compositor.
Escuchamos una página de expresividad persistente en la que cada uno de los diez instrumentos que intervienen juega con exactitud su papel. Cervelló recogió personalmente muchos aplausos. No fueron pocos los recibidos por Aldatza, estupendamente protagonizada por Esperanza Abad, en la que Larrauri ensaya, como en otros casos, la fusión de elementos folklóricos vascos, tan divulgados, como el AIdapeko y el lenguaje actual, todo ello puesto al servicio de una fuerte idea dramática.
El estreno mundial, In memoriam Gustav Mahler, para trompa y quinteto de cuerda, nos pareció simple en exceso por la monocolor presentación del tema mahleriano levemente atacado por breves incidencias del resto de los instrumentos. Hay que agradecer a Armando Krieger la cesión de su reciente partitura para este concierto madrileño. La vedette de la tarde fue, sin duda, el Concierto de cámara, para flauta, clarinete y cuarteto de arco, de Francisco Guerrero. Un puntillismo tan directo como se desprende de la utilización del cuarteto, casi siempre en pizzicatti, envuelve en un ambiente mágico los solos de la flauta y algunos de otros instrumentos para contrastar, en ocasiones, con largos tenidos. El conocido juego de punto contra línea, adquiere una fisonomía inédita en manos de Guerrero, gracias a la originalidad de su inventiva, tan hispánica por sus estructuras sumarias y por su lenguaje arretórico como por cierta dosis surrealista que enlaza con tradiciones culturales andaluzas.
Aunque parezca mentira, constituía estreno la audición de las Folksongs, de Luciano Berio, excelente muestra del talento musical del compositor italiano al interpretar, a través de prismas actuales, el repertorio popular de diversos países y la armonía e instrumentación que de él se desprende. Temas norteamericanos, franceses, italianos, armenios y del Adzerveiyan se escuchan encuadrados en armonías y colores instrumentales variados y fascinantes. La obra, dedicada a Cathy Berberián, fue cantada de manera que diríamos sorprendente si no conociéramos la ductilidad y capacidad expresiva de Esperanza Abad.
Música coral de vanguardia
En los Lunes de RNE, la Agrupación Coral de Cámara de Pamplona, que dirige Luis Morondo, puso en evidencia su extraordinaria capacidad al abordar tres páginas de autores navarros, por nacimiento o ascendencia. Del navarro-madrileño Tomás Marco escuchamos Transfiguración, ejemplo de cómo una emoción intensa de orden personal (la provocada por la muerte del padre) puede expresarse en un lenguaje antiromántico por sencillo, escueto sereno y transparente.Agustín González de Azilu ha hecho motivo principal de su preocupaciones composicionales todo aquello que se deriva del tratamiento de la palabra, bien se trate del Libro de los proverbios, bien del duro sintetizar la historia de su país a través de un texto vasco. En España quizá sea Azilu el principal cultivador de la música fonética a la que extrae toda suerte de posibilidades expresivas, como si quisiera demostrar que al ser la música un lenguaje, el lenguaje hablado es también, en realidad o potencia, una forma de música capaz de admitir todas las extensiones, explotaciones y manipulaciones, regidas, en todo momento, por un pensamiento de músico, por unas concepciones de compositor. Tanto El libro como Arrano Beltza, cada una de ellas por distintas razones, obtuvieron un éxito caluroso y, por parte del coro pamplonica de cámara, unas versiones de excelencia.
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