Se generalizan los motines en las cárceles españolas

Dos reclusos heridos de escasa gravedad e importantes desperfectos en el motín registrado en la prisión de Valencia es la nota más destacada de los conflictos que han comenzado a desencadenarse ayer en las cárceles españolas, a pocas fechas de las fiestas de Navidad. Los senadores de la comisión de encuesta que visitaban Carabanchel fueron abucheados por los internos, en Bilbao hubo un intento de motín y en Sevilla continuaba la huelga de hambre, constituían otras notas destacadas del am biente de tensión que se empezaba a desarrollar en las instituciones penitenciarias. Por su parte, la Unión Democrática de Funcionarios de Prisiones, en rueda de prensa, denunció el carácter provocador del registro efectuado el sábado en Carabanchel y negó la posibilidad de que la pistola encontrada perteneciera a alguno de los reclusos. Los rumores de motín en la prisión madrileña fueron desmentidos a última hora de la noche, y la situación era normal, habiéndose reforzado la vigilancia.

El motín de Valencia, informa nuestro corresponsal Jaime Millás, podría haberse iniciado en la galería uno, donde se encuentran los jóvenes de dieciséis a veinte años, ya que según fuentes próximas a la Coordinadora de Presos en Lucha (Copel),los últimos días mantenían posturas más radicales. Hacia las 13.30 horas se observó desde fuera del recinto humo muy intenso en la techumbre del cruce de las naves, se oyeron dos explosiones pequeñas y nueve reclusos aparecieron en el tejado, según confirman testigos directos. Al saltar el motín funcionarios y reclusos quedaron divididos en dos sectores, reteniendo éstos a dos funcionarios.Dos compañías de la Policía Armada hicieron acto de presencia con material antidisturbios para dominar la situación en poco más de una hora. La prisión aparecía completamente acordonada. También acudieron los bomberos al temer que el fuego adquiriera mayores dimensiones, mientras en la entrada aparcaron ambulancias. La fuerza pública abandonó el exterior a las 17.30 horas.Nueve reclusos, que no constaron en el primer recuento de los internos tras el motín, se localizaron escondidos en una de las zonas altas de la cárcel.Dos letrados acudieron a la prisión con ánimo de actuar como negociadores, pero la vuelta a la normalidad no lo hizo necesario.

En la cruceta central del interior de la prisión de Valencia aparecía una cabina de control con los cristales destrozados.

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