Más importancia a la edad del toro
La sesión de ayer para la reforma del reglamento, que lleva a cabo la Dirección General de Seguridad, abre cauces de esperanza porque, por primera vez, pudo apreciarse una actitud inclinada a subrayar o revalorizar la naturaleza misma de la fiesta; lo cual tuvo reflejo en el empeño de que pase a primer término, del toro que es la base del espectáculo, lo que más importa: edad y trapío.
La exigencia del trapío quedó incorporada al nuevo texto -según decíamos ayer- y la edad -con el detalle del mes y el año de nacimiento de cada res- habrá de mostrarse, obligatoriamente, en una tablilla, que permanecerá expuesta en la puerta de toriles durante toda la lidia.Bien es verdad que quizá esta innovación, como otras de las que daremos cuenta, seguramente no habrían sido ni siquiera tratadas de no estar presente nuestro veterano compañero Antonio García Ramos, que asiste a las reuniones en calidad de representante de la afición (designado por la Federación de Peñas Taurinas), el cual está -estuvo ayer vigilante hasta el mínimo detalle, atento a la aclaración de todo punto que pueda admitir interpretación contraria al sentido de la lidia, y para pedir la presencia de los aficionados allá ,donde puedan desempeñar una labor.
Por ejemplo, en el sorteo de los toros. En el artículo 73, precisamente por indicación de García-Ramos, a los representantes de los matadores, ganadero, empresa, etcétera, se han añadido dos aficionados, que serán designados por la autoridad gubernativa, presumiblemente a propuesta de las asociaciones de peñas taurinas. Lo cual se consiguió no sin debate, pues los asistentes no acertaban a concretar quién y de qué forma designarla a estos aficionados, hasta que Luis Gómez, presidente de las plazas de Madrid, dio con la fórmula definitiva.
Pudo apreciarse ayer, como decíamos, interés por hacer bien las cosas; el presidente de las sesiones, comisario Francisco González Díez, recogiendo una moción del empresario Agustín García Calleja, advirtió que soslayaría el debate de todos los artículos que afecten a novilleros y subalternos, pues ninguno de estos profesionales estaban presentes y su opinión es necesaria; hubo intervenciones muy acertadas de los presidentes de corridas Tomás Mínguez y el citado Gómez, y, asimismo, del comisario de policía., jubilado, y ex presidente, Pedro Torres; como de los veterinarios, entre los que destacó el doctor Barga, por la concisión de sus juicios y manifestado propósito de no eludir las responsabilidades de la profesión veterinaria; o las ocurrentes y oportunas interpelaciones de Rafael Peralta, quien centró cómo debe hacerse la vigilancia de los chiqueros, después del apartado, hasta llegar a una innovación muy importante, que quedó incorporada al artículo 79 del reglamento: esta vigilancia la llevarán a cabo el mayoral y los agentes de la autoridad que ésta designe.
Precisamente fue Barga quien propuso que los toros salgan sin divisa, pues el pinchazo hace patear y derrotar a la res, con peligro de que se lesione, y siguió allí una inacabable y bizantina discusión acerca de si, como sustitutivo, esa divisa debe exhibirse en tablilla o en palco, y si debe hacerse en grafía o en cinta de colores. Tiempo perdido -sobre la media hora-, con lo que se dieron por terminadas las reuniones, que se reanudarán el 17 de enero.La impresión es que, para entonces, el Ministerio del Interior ya habrá resuelto la consulta del picador Salcedo para que asistan a los debates más amplias y autentificadas representaciones. El contenido fundamental de los artículos que se tratarán en la nueva tanda de sesiones, la responsable actitud observada en los debates de ayer y la participación de representantes de los distintos estamentos de la fiesta respaldados por la base, permiten.aventurar que la reforma del reglamento puede ser -ahora sí- creadora y positiva.
Babelia
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