Julio Le Parc: " Se desaprovecha la fuerza creadora del público"
Ayer se celebró la inauguración de una vasta exposición retrospectiva del pintor cinético Julio Le Parc, en los bajos de la Biblioteca Nacional. Recoge esta exposición muchos de los aspectos de la obra múltiple de Le Parc, desde el interés más geométrico y abstracto, hasta los juegos con el espacio artístico, las maniobras de participación del espectador o los rasgos más políticos de su actuación.
Como en todas sus grandes exposiciones, ha convertido la inmensa sala en una especie de laberinto de arte, donde el espectador puede jugar con sus pulsiones y sus ideas y perderse entre la pintura y la escultura. Liberar agresividad, intervenir en los juegos que el artista propone, y en su obra posterior mediante las encuestas que puede, si quiere, contestar, y que están en intima relación con lo que tiene delante, son los objetivos de Le Parc para los espectadores. Sobre todo esto, Julio Le Parc declaró a EL PAIS: «Me interesa especialmente -dijo- la capacidad de creación de la gente. Creo que el público participa en cuanto se le da la menor oportunidad. Y esta fuerza creadora de la gente está siendo muy desaprovechada. Mi experiencia en este sentido es muy rica. A veces he dejado un panel en blanco pidiendo la crítica del espectador a la obra o a la exposición entera, y siempre había cosas interesantes. Incluso si la gente no escribe algo particularmente interesante, sólo el hecho de que pueda expresarse con libertad y que lo haga, es ya importante.»La actividad de Julio Le Parc tiene, al menos, dos vertientes: una, el trabajo propiamente individual, de investigación artística. Otra, el trabajo colectivo, con grupos como el desaparecido GRAV, que funcionó del 1960 al 68, con la Brigada Internacional de Pintores Antisfascistas, con el FAP (Frente de Artistas Plásticos) y otros. Muchas veces, este trabajo colectivo es coyuntural, responde a condicionamientos políticos inmediatos. Siempre, Julio Le Parc acompaña su trabajo creativo por un aparato documental y reflexivo en tomo a los procesos de creación.
«Creo -dijo- que el trabajo individual y el colectivo son distintos, pero ambos muy estimulantes. Trabajar en equipo es seguramente más difícil, pero es apasionante ver resurgir el proyecto y seguir cómo se va haciendo y ajustando. Es interesante porque da una especial apertura y abre posibilidades distintas del propiamente individual. Por otro lado, en el trabajo colectivo, el problema estético viene después: primero está el responder a una provocación social, a unos hechos concretos.- Por ejemplo, los affiches de mayo del 68, en París, se fueron produciendo sin ninguna intención estética especial. Ahora, cuando se les encuentra editados todos juntos, en libró, es cuando se siente que en aquel trabajo había una estética especial. Aquellos affiches fueron un trabajo colectivo que contestaba y funcionaba en el contexto concreto del Mayo. Para ser pegados a las paredes cada mañana. Con el tiempo y, sobre todo, con el desuso es con lo que fueron adquiriendo su carácter estético, o al menos, la capacidad de ser sentidos por el espectador como objetos estéticos.»
Respecto a la exposición que se ve en Madrid, dijo Julio Le Parc: «Aquí se expone sólo el lado individual de mi creación en muchas facetas; porque hay una muestra de casi todos los problemas estéticos que me han preocupado alguna vez. Para mí siguen estando vivos y actuales todos estos experimentos, porque unos iluminan o pueden aclarar otros posteriores; además, abren nuevos caminos: por ejemplo, temas resueltos en pintura pueden abrir otros problemas en el mundo de la escultura, los temas en que se juega con la luz, puede invitar a fragmentaciones nuevas de la figura y el mundo de los juegos en que participa tan vivamente el espectador abre puertas infinitas y lúdicas a la creación y a la intervención del público. Por último, en cada sala se monta un espacio diferente, lo que da pie a nuevos estudios, nuevos juegos, nuevas relaciones entre la obra.»
