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La industria naval militar, entre la crisis y el éxito

La empresa nacional Bazán, de construcciones navales militares, se encuentra en un momento en que, o bien puede ser golpeada por la crisis económica hasta desaparecer de los mercados internacionales, o bien puede llegar a constituir uno de los motores de la ofensiva exportadora que ha de sacarnos de la crisis. La disyuntiva depende de que se aplique o no una correcta política financiera que no inhiba las inversiones necesarias, y de la corrección de la actual pérdida de competitividad.

El curso prometedor de la Bazán queda encarnado y ejemplificado en el desarrollo de uno de los pocos barcos «de punta» en la tecnología naval-militar, un portaaeronaves del que las marinas del mundo empiezan a mostrar síntomas de necesidad, y que la Bazán será la primera en construir.El portaaeronaves que la Bazán ha empezado a diseñar es el modelo «Guam», norteamericano, clasificado como «sea control ship», o barco de control marítimo. Este buque de unas 114.000 toneladas, inicialmente proyectado en Estados Unidos, no ha sido desarrollado en ese país, debido a cambios de criterio en la composición de la fuerza naval de ataque. El diseño ha sido adquirido por la Bazán, que está procediendo a ciertas modificaciones, quedando luego enteramente libre para su exportación, excepto los sistemas de armas y ciertos componentes, que pueden ser suministrados por otros países. Cada uno de los portaaeronaves cuesta unos 25.000 millones de pesetas.

En cuanto a los submarinos Agosta, los que la Bazán ha construido hasta ahora cuentan una historia de elevación de costos en flecha. En efecto, en el año 1972 uno de estos submarinos, de 1.200 toneladas, se podía construir por 2.000 millones de pesetas. En 1976 el costo había subido ya a 2.800 millones, y en 1977 a 3.400. En 1978 se calcula un costo de 4.500 millones.

Graves problemas de financiación acompañan los planes de producción de la Bazán. La empresa ha pedido créditos a bancos de Francia para pagar a suministradores franceses. Retrasos en los pagos al vendedor alemán de unos motores para patrulleras han empañado el prestigio de la empresa. La paga de los salarios se convierte en un carrera mensual en busca de créditos; actualmente la Bazán tiene concedidos préstamos por 8.000 millones de pesetas.

No obstante, las perspectivas industriales son muy buenas, ajuicio de la alta jerarquía de la Armada. Aunque la construcción mercante ha descendido, se ha reforzado considerablemente la contratación militar. Actualmente la empresa tiene en ejecución contratos por 11.475 millones; otros 21.250 millones están ya contratados aguardando la ejecución; se negocia sobre un volumen de 78.000 millones y las perspectivas de contratación se orientan hacia un mercado potencial de 200.000 millones.

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