La dictadura nicaragüense accede al diálogo con la oposición

Como una señal inequívoca del deterioro del Gobierno de Anastasio Somoza, en Nicaragua se interpreta el hecho de que el dictador haya aceptado un principio de diálogo con las fuerzas políticas de la oposición.Los recientes sucesos internos, originados por los ataques guerrilleros del Frente Sandinista de Liberación, produjeron una aglutinación de muy diversos sectores sociales de Nicaragua, incluidos la Iglesia y medios financieros, en torno a la necesidad de un cambio estructural.

Somoza ha tenido que hacer frente a esta poderosa oposición interna y también a la retirada del respaldo de su aliado tradicional, Estados Unidos. Funcionarios de la Administración Carter han reconocido públicamente que ya no hay justificaciones para seguir sosteniendo en el poder nicaragüense a la dinastía de los Somoza, que gobiernan el país desde hace más de cuarenta años, apoyados en el terror, la represión y la negación de las más elementales libertades.

El Comité pro Diálogo Nacional, integrado por tres obispos, un industrial y un abogado se entrevistó ayer durante más de dos horas con Anastasio Somoza y obtuvo la promesa de éste de que después de las elecciones municipales de febrero se institucionalizaría un diálogo entre una comisión elegida por los partidos de la oposición y otra del Gobierno.

El arzobispo Obando Bravo, presidente del Comité, que calificó la reunión como de «buena voluntad», no aclaró, sin embargo, si el Frente Sandinista de Liberación formaría parte del grupo de diálogo.