Presentación de Chou-Liang-lin, premio Reina Sofía

En la serie de conciertos de Ibermúsica se presentó el violinista formosano Chou-Liang-lin, ganador en el Concurso Internacional Reina Sofía. Este muchacho de diecisiete años domina en tal medida la técnica de su instrumento, que es fácil augurar una carrera estelar. En realidad esa carrera ha comenzado ya, pues el nombre de Chou-Liang-Iin ha dado la vuelta al mundo en unas semanas, y de todas partes llueven al joven intérprete peticiones de actuación.Sobre poseer una técnica capaz de resolver los más arduos problemas, el concertista está dotado de un instinto musical certero, con lo que las versiones se mueven dentro de la más pura exigencia por construcción, expresividad, estilo e interiorización. Tocar Brahms como lo hizo Chou-Liang-lin, a los diecisiete años, es no ya hazaña, sino verdadero caso. Sin duda alguna para unos pentagramas como los de la Sonata op. 78, la suma de experiencias vitales parece dato imprescindible. Lo que quiere de cir que, no pasado mucho tiempo, el Brahms intimista del joven for mosano puede ser magistral. Hoy ya resulta increíble. En obras tan bellas, pero de menor trasfondo, como la Sonata de Prokofiev -primeramente escrita para flauta-, lo conseguido por Chou-Liang-lin es definitivo: una traducción de gran virtuosismo. Como merece tenerse en cuenta la buena línea general en Mozart. Mano izquierda y arco son prodigiosos. El fraseo tenso y cantábile, la soberbia articulación, todo, en fin, señalan a este descubrimiento como uno entre los ele gidos. La colaboración de la pianista americana Sandra Rivers constituyó una lección de saber hacer. Para ella fueron también buena parte de las clamorosas ovaciones.