Asombro de la izquierda francesa por la precipitada extradición de Croissant

El derecho de asilo político, tradición secular francesa, ha, sido puesto en entredicho por la extradición precipitada del abogado alemán Klaus Croissant. La izquierda, la extrema izquierda y la opinión independiente francesas se han escandalizado y critican la decisión del Gobierno que el miércoles, tras el dictamen de los tribunales, ejecutó la extradición ipso facto, sin dar lugar a que los defensores recurrieran, como lo garantiza la ley, ante el Consejo de Estado, instancia suprema que vigila la aplicación estricta de la Constitución.Ni las manifestaciones múltiples, pero no numerosas, en París y en provincias, ni las advertencias de los partidos políticos de izquierdas al manifestarse contra. la extradición sirvieron para evitar que a la una de la madrugada. el señor Croissant estuviese en manos de las autoridades de la República Federal de Alemania. El Gobierno de París estaba decidido a colaborar con el de Bonn en la lucha contra el terrorismo y, en otro orden de cosas, los comentaristas y los medios políticos no se muerden la lengua para explicar que «la potente Alemania ha dado órdenes al palacio del Elíseo». En todo caso, el Gobierno de Bonn manifestó inmediatamente su gran satisfacción. «Tras esta extraña decisión, ¿qué refugiado político podrá sentirse relativamente seguro en suelo francés?», preguntaba ayer el editorialista del independiente Le Monde, expresando un sentimiento común a toda la izquierda y a observadores y juristas objetivos.

El atentado contra el derecho de asilo ha sido la lección mayor del asunto Croissant para la izquierda francesa. Por lo demás, nadie, ni incluso la extrema izquierda desea entrar. en el «fondo» de las acusaciones contra el abogado

Por otra parte, el desenlaqe del affaire Croissant ha dado lugar para que se haga más visible aún el conformismo de las sociedades que se consideran instaladas. El miércoles, mientras el señor Croissant atravesaba la frontera franco-alemana y algunas docenas de personas protestaban ante el Ministerio de Justicia, Francia vivía apasionadamente la victoria futbolística contra Bulgaria, que la calificaba para la última fase de la Copa del Mundo en Argentina.