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"Ya se pueden conocer los mecanismos de la transmisión nerviosa"

Eduardo De Robertis, director del Instituto de Biología Molecular de la facultad de Medicina de Buenos Aires, ha recibido el premio Eugenio Rodríguez Pascual concedido por la fundación española que lleva este nombre.

De Robertis es uno de los pioneros en el campo de la investigación de cuáles son los mecanimos por los que se transmite el impulso nervioso entre unas células y otras del organismo. Sus investigaciones tienen una gran proyección terapéutica, ya que facilitarán una mejor comprensión de las enfermedades del sistema nervioso y el desarrollo de nuevos fármacos en la terapéutica de estas enfermedades.Lleva veinticinco años trabajando en el estudio de los problemas, es decir, la transmisión de los impulsos nerviosos dentro del organismo.

«Comencé estos estudios en el año 1953 -afirma el investigador- utilizando el microscopio electrónico, que permitió la observación de estructuras hasta ese momento desconocidas, en las uniones sinópticas, donde, las células se ponen en contacto para transmitir el impulso nervioso. El descubrimiento más importante en aquella época es que dentro de las terminaciones nerviosas existen pequeñas vesículas, pequeñas esferas sólo visibles al microscopio electrónico. Estas vesículas tienen un diámetro 20.000 veces menor que un milímetro.»

Los neurotransmisores

Las vesículas descubiertas por el doctor De Robertis fueron aisladas por métodos de fraccionamiento celular, mostrándose portadores de los neurotransmisores las sustancias responsables de la transmisión del impulso nervioso. Son el lugar de acumulación de moléculas que actúan como señales químicas en la transmisión del impulso. «En otras palabras -explica el investigador-, cuando el impulso que se propaga por el nervio hace que varias de estas vesículas se rompan y liberen el neurotransmisor que es una señal química.»

Existen numerosos neurotransmisores en el cerebro. Acetilcolina es el más conocido. «El neurotransmisor que ha sido liberado -continúa De Robertis- debe interaccionar con una macromolécula situada en la membrana de la otra célula que es lo que constituye el receptor. Los receptores son proteínas que tienen en su estructura zonas capaces de reconocer al transmisor. Es como si se tratase de una llave -el transmisor- y un a cerradura -el receptor- Esta interacción es la que inicia en la otra neurona (célula nerviosa) un nuevo impulso nervioso. Es similar a lo que sucede cuándo se habla por teléfono. Llega una señal al tablero y allí se produce una nueva señal. La sinapsis es parecida. Aquí las señales son primero eléctricas, luego químicas y, de nuevo, eléctricas.»

«Yo inicié hace diez años el conocimiento de los receptores -afirma De Robertis-, pero actualmente se trabaja sobre ello en muchos laboratorios del mundo. Al conocer el papel de los receptores ante los diversos fármacos que se utilizan para tratar afecciones del sistema nervioso, se podrá comprender mejor su mecanismo de acción y producir otros fármacos que tengan efectos más beneficiosos. Por ejemplo, muchas de las drogas que se usan en el tratamiento de enfermedades mentales, como la esquizofrenia o las depresiones, etcétera, actúan sobre receptores específicos.»

Un ejemplo concreto de esta aplicación lo da el estudio de los receptores en el conocimiento de la miastenia grave.

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