La actitud militar del Polisario puede decidir el rumbo del conflicto entre Argel y Rabat
La perspectiva de un enfrentamiento armado entre Argelia y Marruecos depende estrechamente del giro que adopte la acción militar del Polisario en los próximos días. Esta es la impresión que prevalece en la capital argelina, adonde ha llegado una misión del Partido Socialista francés para facilitar la liberación de los técnicos capturados en Zuerat. Sigue latente, por otra parte, la eventualidad de un choque entre combatientes saharauis y consejeros militares franceses, después de que un nuevo grupo de éstos llegara a la base de Atar, en Mauritania.
Todas las miradas están puestas en el Polisario. Al «compás de espera» abierto en las negociaciones franco-saharauis ha sucedido un prolongado mutismo del movimiento independentista, lleno de interrogantes. No ha sido posible confirmar aquí los rumores que circulan acerca de otro ataque polisario a una de las bases de entrenamiento del polígono de Atar, el cual se ha visto reforzado con la llegada de un número no determinado de técnicos militares galos.Fuentes mauritanas, sin embargo, han confirmado que a comienzos de esta semana el Frente Polisario atacó un puesto militar situado a cuatrocientos kilómetros al norte de Nuakchott, dando muerte a tres soldados, hiriendo a otros tantos y haciendo ocho prisioneros. Las tropas mauritanas, que fueron reforzadas por tres escuadrones procedentes de la base de Atar, dieron muerte o hirieron, a una decena de polisarios y capturaron un camión logístico repleto de municiones, antes de que la columna saharaui se replegara en numerosos vehículos.
El Frente Saharaui declaró días atrás que seguía considerando a Zuerat y Atar como objetivos de primera importancia y que no vacilaría en seguir atacándolos, incluso si ello llevaba consigo el enfrentamiento al cerca del centenar de consejeros militares franceses presentes en esa zona. La llave de la «escalada», que podría desembocar en una guerra abierta en esa parte del Magreb, se encuentra en manos del Polisario, donde parece dominar la tendencia «dura».
El reforzamiento del dispositivo de reconocimiento electrónico instalado en la base de Atar, unido a los vuelos de detección sobre el desierto, demuestra que París mantiene en vigor la posibilidad de un ataque a las columnas polisarias, a pesar de las advertencias prodigadas por Argelia. Esa actitud del Gobierno galo ha sido criticada por el dirigente socialista francés Lionel Jospin, llegado a Argel al frente de una delegación de su partido a invitación del Frente Nacional de Liberación Argelino.
Jospin expresó a su llegada que el Partido Socialista francés defiende el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui y condena la tentativa de desmembramiento del Sahara occidental. Respecto a los técnicos capturados por el Polisario, dijo que el PSF no aprueba el secuestro de civiles y solicitará su liberación a los saharauis.
Por su parte, el primer ministro de Angola, Lopo do Nascimento, ha reiterado el apoyo de su Gobierno a Argelia y el Polisario, en breves declaraciones hechas en el aeropuerto de Dar el Beida, de paso hacia Luanda. Las amenazas de intervención francesa serían «el resultado de la agresión marroquí y mauritana» y una nueva tentativa de liquidación de la revolución argelina, según el funcionario angoleño quien lanzó un llamamiento al presidente, de la OUA, Omar Bongo, para que convoque la cumbre extraordinaria de esa organización sobre el Sahara.
El sexto aniversario de la promulgación de la revolución agraria argelina ha sido celebrado ayer con nuevas movilizaciones populares en defensa de la unidad territorial y en contra de las «amenazas». marroquíes. Las diversas asociaciones profesionales han adoptado mociones de apoyo al Polisario, en las que se afirma que la ayuda prestada a los saharauis es una constante del carácter internacionalista de la revolución argelina.
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