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Discrepancias en Argelia ante la radicalización del Frente Polisario

, El Gobierno argelino inició en las últimas horas una campaña de prensa tendente a preparar al país para una eventual guerra con Marruecos. En los medios políticos de Argel se considera que el problema de los técnicos franceses capturados por el Polisario constituye un peligro para el propio régimen argelino, en el que al mismo tiempo se observan discrepancias respecto de la estrategia a seguir, no sólo frente a Marruecos y Mauritania sino también en relación con la radicalización del Frente Polisario y sus vínculos con Argelia. Argel estima que la creación de la República Arabe Saharaui fue una acción precipitada.

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Ayer reinaba una cierta tranquilidad en la capital argelina tras las tumultuosas concentraciones que tuvieron lugar aquí en apoyo del Polisario, recorriendo a paso de carga las principales arterias y quemando efigies de Hassan II. El Consejo de Ministros, reunido bajo la presidencia de Huari Bumedian, ha examinado las medidas que requiere la situación, dando a entender que Argelia se considerará en estado de guerra con Marruecos si este país invade «un solo metro» del suelo argelino.La escalada de la belicosidad de los medios informativos de Argel contra París y Rabat continúa creciendo, como si se estuviera condicionando a la opinión pública ante la ineluctabilidad de un conflicto armado con Marruecos. La defensa de la soberanía nacional sobre los 2.381.741 kilómetros cuadrados del territorio argelino se ha convertido. en el leit motiv de todas las preocupaciones, en lo que algunos detractores del régimen de Bumedian consideran como un intento deliberado de distraer otras motivaciones más prosaicas, casi siempre referidas a la necesidad de suprimir las tendencias «clasistas» o vigorizar la economía.

Se insiste aquí en que Argelia no tiene responsabilidad alguna en el origen de la crisis del Sahara occidental, pero no se oculta que el giro tomado por el asunto de los técnicos franceses capturados por el Polisario contiene un peligro potencial para el propio régimen argelino, sorprendido desagradablemente por la indiferencia que manifiesta la gran mayoría del mundo árabe hacia el espinoso caso saharaui.

El movimiento independentista, cuya dependencia-logística de Argelia es notoria, tiene un margen de maniobra superior al que se le admite en los medios políticos europeos. Al menos esa es la impresión constatada por los informadores que han podido visitar regularmente las zonas de combate polisarias, de la misma manera que puede afirmarse sin ningún género de dudas que su radicalización no es compartida, como se supone, por todos los estratos del aparato político argelino.

La creación de la llamada República Arabe Saharaui Democrática ha sido considerada aquí como un ejemplo de precipitación a la luz de los resultados obtenidos por el Polisario. Argelia, entre los países árabes, y Corea del Norte entre los marxistas, han sido los únicos en reconocerla oficialmente, junto á otros ocho Gobiernos africanos. El ejemplo dado por Libia es significativo a más de un título: el régimen de Trípoli, que llegó a figurar entre los partidarios más acérrimos del Polisario, parece ahora limitar su apoyo a éste para no comprometer su propia imagen en el resto del Magreb.

Por otra parte, representantes de dieciocho asociaciones de Amigos del Sahara de diez países europeos, entre ellos España, se reunieron el pasado fin de semana en Sandpoort (Holanda), y ayer dieron a conocer una declaración en la que reiteran su apoyo al Frente Polisario y señalan ala . responsabilidad del Gobierno español en el progresivo deterioro dé la paz» en la zona.

En un telegrama al presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez, las citadas asociaciones piden a Madrid que denuncie los acuerdos tripartitos de 1975, que reconozca al Frente Polisario y que legalice a la Asociación.

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