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El desnudo en la prensa política

Un tema de candente actualidad, el desnudo en la prensa política, se debatió el pasado jueves en una mesa redonda que tuvo lugar en el Instituto Internacional y en la que participaron: Guillermo Díaz-Plaja, redactor-jefe de Interviú; Fernando González, director adjunto de Reporter; Imelda Navajo, feminista y periodista y José Oneto, director de Cambio 16. La mesa fue organizada por la Asociación de Mujeres Universitarias, «sin ánimo feminista o puritano» -señaló Consuelo de la Gándara- «sino para analizar un fenómeno que se eso dando en la prensa política, el que la libertad del desnudo femenino no corre pareja con la libertad ideológica»..La mesa se desarrolló ante un auditorio, en su mayor parte feminista, dista, que consideró que los elementos masculinos que formaban, parte de ella eludieron inconscientemente el meollo de la cuestión -la utilización del desnudo femenino como señuelo comercial y adormidera ideológica- para enzarzarse en una pugna competitiva con respecto a los medios que representaban. Guillermo Díaz-Plaja, por ejemplo, aunque dijo qué no intentaba justificar las contradicciones de Interviú defendió el contenido de la revista. «Desde el punto de vista ideológico -dijo- el contenido de Interviú, en general, es válido. Ha cumplido una misión democratizadora y progresista porque es una revista un poco iconoclasta que ha roto tabúes y de-, denunciado la corrupción pública y, privada."

Fernando González declaró «no estoy por el desnudo en la prensa política» y que su intención era cambiar Reporter para que dejara de publicarlos. Después abordó el tema desde una perspectiva política global. «El desnudo es algo incidental -apuntó- lo-importante es distinguir la prensa del régimen, la que hace el juego al régimen desde una seudooposición crítica, de la prensa de fuera del régimen.»

«Cuando una mujer abre una revista del tipa de Interviú se siente agredida, empezó diciendo Imelda Navajo. «Esto demuestra que seguimos estando en el sistema -sea franquista, postfranquista u otro cualquiera-; pero un sistema patriarcal y dentro de unas relaciones de producción que cosifican a la mujer y la convierten en un objeto de consumo más.»

Como portavoz del feminismo, Imelda Navajo arremetió contra sus compañeros de mesa: calificó de doblemente nociva la influencia social de revistas como Interviú que ofrecen una «mezcla exótica de pornografía y política y sumen a los lectores en la enajenación mental y en un profundo caos ideológico».

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