Reacciones moderadas de los sindicatos ante el nuevo presupuesto británico
El presupuesto que acaba de presentar el ministro de Finanzas, Denis Healey, provocó ciertas críticas en la oposición conservadora. Pero en general recibió una cautelosa bienvenida.
Healey anunció medidas que incrementarán el déficit gubernamental del corriente año en cerca de mil millones de libras esterlinas (alrededor de 1.750 millones de dólares). Algunos impuestos a los ingresos han sido rebajados; los ancianos pensionados recibirán una bonificación extraordinaria de Navidad de diez libras y el Gobierno invertirá mayores sumas en el apartado de la construcción pública. Todas estas medidas fueron concebidas para producir un desahogo económico sin arriesgar peligros de inflación.
El ministro de finanzas está decidido a emerger del ciclo de alto desempleo, bajas tasas de consumo y caída de la producción, que ha caracterizado a la actual coyuntura económica británica. El secretario general de la Unión de Sindicatos, Len Murray, describió el presupuesto como «buen comienzo», pero agregó que los sindicatos seguirán «golpeando la puerta del Ministerio de Finanzas» para obtener otras reivindicaciones. Por su parte, el presidente de la Unión de Trabajadores Ferroviarios (SID), Weighell, dijo que las reducciones impositivas son tan buenas «como un aumento de salario», pero expresó su esperanza en que en el próximo presupuesto de abril se contraten nuevas concesiones.
El mismo sentimiento fue compartido por otros dirigentes de sindicatos pertenecientes al sector público. Por su lado, el ala izquierda laborista atacó a Healey y dijo que el presupuesto desilusionará a muchos votantes laboristas porque no contribuirá a resolver el agudo problema del paro.
