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Importante descenso de la popularidad de Carter en los Estados Unidos

A los nueve meses de su llegada a la Casa Blanca, el presidente Jimi Carter se encuentra en una situación difícil. Las encuestas de opinión pública reflejan un vertiginoso descenso de su popularidad el Congreso incrementa sus críticas y torpedea varios importantes proyectos de ley, las minorías étnicas hablan de promesas incumplidas mientras algún enernigo político de Carter le acusa abiertainente de «ineptitud». la prensa cornienza a referirse a él como «presidente de un solo mandato».El llamar a Carter one term president equivale a decir que no ha tenido éxito en su gestión y que no sería reelegido en 1980, cuando finalice su actual mandato. Según el Instituto Gallup. Carter inició su presidencia con el apoyo del 71% de la población Y este porcentaje disminuyó en nueve rneses hasta el actual del 59%. Ha sido el descenso de popularidad más rápido de los cinco últimos presidentes norteamericanos excepción hecha de .Gerald Ford, que no fue elegido democráticamente.

En el viaje de la semana pasada, en el que Carter visitó seis estados de la Unión, dumiió en casa de un granjero y discutió problemas urbanos, económicos y energéticos con habitantes de varias ciudades, se considera un intento del presidente de contrarrestar esa pérdida de popularidad. Idéntico fin se atribuye a su próxima gira por nueve países de cuatro continentes, que se anunció de forma inesperada por la Casa Blanca y que no tiene unos objetivos muy claros aparte de reforzar la imagen presidencial.

El ataque a las compañías de petróleo

Sin experiencia en el Congreso y ajeno al establishment político de Washington, Carter no ha satisfecho en sus nueve meses de gestión a los grandes padrinos de la política norteamericana. Su programa energético está siendo poco menos que aniquilado por el Congreso, los nuevos acuerdos sobre el canal de Panamá sufren todo tipo de críticas, sus negociaciones con la URSS sobre armas estratégicas crean recelos en los sectores conservadores, sus intentos de conseguir un acuerdo pacífico en Oriente Próximo le valen la enemistad de los poderosos grupos de presión judíos y una reciente alusión a las compañías petrolíferas provoca la ira de los no menos poderosos directivos de las multinacionales del petróleo.Mientras que la dimisión forzosa de Bert Lance, un amigo íntimo de Carter, de la oficina del presupuesto federal por presuntas irregularidades financieras dañó la imagen política del presidente, las acusaciones se dirigen ahora contra todo el equipo presidencial, a quienes se tacha de aficionados que no saben cómo desenvolverse en la Casa Blanca.

El lider de la minoría republicana en la Cámara acusó a Carter directamente de ineptitud, mientras que el líder de la mayoría demócrata en el Senado reconocía que «es pronto para hacer un juicio detinitivo, pero existen dudas sobre la gestión del presidente». En otros sectores se critica a Carter por su falta de constancia y se cita como ejemplo su propuesta inicial de devolver a cada ciudadano norteamericano cincuenta dólares de sus impuestos, con el fin de estimular la dernanda y reactivar la economía. Ante la oposición del Congreso, Carter dio marcha atrás y abandonó su propuesta, lo que fue comparado por un influyente diario como un capitán que abandona el harco que hace agua antes que sus pasajeros.

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