Cuando el autor es la "star"

Existe una tendencia generalizada a considerar autor de una película a su director. Esto sólo a veces es cierto. Por ejemplo, el afamado guionista de, Tarde de perros, Frank Pierson, tiene un ingrato papel en esta Ha nacido una estrella, a pesar de ser su director y co-guionista. Pues esta película ha sido montada por Barbra Streisand para el lucimiento de Barbra Streisand. Y todos los demás elementos deben estar absolutamente subordinados a esto. La Streisand protagoniza el filme, es autora de la concepción musical, productor ejecutivo y todos los modelos que se exhiben pertenecen a su guardarropa personal. Además es autora de la letra de Evergreen, tema que ha obtenido el Oscar a la mejor canción Creo que con esto queda bastante claro quién es el autor de la película.Comparada esta Ha nacido una estrella con la que realizara George Cukor en 1954, con Judy Garland, James Mason y Charles Bickford, es el mayor insulto que podría hacérsele al autor de Historias de Filadelfia. A pesar de que esta nueva versión tome prestado el esquema argumental de la citada, extraído a su vez de una primera versión realizada en 1937 por William Wellman, con Janet Gaynor, Frederich March y Adolphe Mejou, en los papeles principales.

La Streisand ha creado su propia casa productora -la First Artists- para rendirse este autohomenaje. Pues no otra cosa es esta historia, en la que el personaje (Esther Hoffman) es una máscara que jamás consigue ocultar suficientemente a la estrella que lo encarna. Ni siquiera los números musicales se salvan del desastre general. Son grises y sin fuerza.La historia, mal construida, está plagada de situaciones sin interés, de diálogos falsos. El argumento de las anteriores versiones se ha simplificado hasta el esquematismo más burdo. La. mirada que echa sobre el mundo del espectáculo es superficial, como superficial es el método de modernización empleado.

La película posee una curiosa mezcla de espectacularidad e intimismo -muy habitual últimamente en el cine americano.