Suarez quiere pactar un programa urgente de Gobierno

En medios gubernamentales se guarda la mayor discreción sobre los términos del pacto que pudiera establecerse en las reuniones que el presidente Suárez mantendrá el sábado y el domingo con los dirigentes de los grupos parlamentarios. La información oficiosa que pudo obtenerse ayer insistía en que el señor Suárez apelaría al convencimiento y a los resortes patrióticos para tratar de obtener una respuesta afirmativa a sus planes.

El señor Suárez ha dirigido una carta a los portavoces de los distintos grupos parlamentarios convocándolos para una reunión que comenzará a las once de la mañana del sábado y está previsto que se prolongue durante el domingo.Previamente se mantuvieron los contactos necesarios para garantizar la respuesta positiva a la convocatoria que tendrá como temas centrales el plan económico y una serie de reformas legislativas que se consideran urgentes.

El segundo tema no preocupa excesivamente, puesto que se parte de un consenso general sobre la necesidad de esas medidas. El problema se plantea respecto al plan económico que, según parece, el Gobierno está dispuesto a denominar Plan de excepción económica, pese a las connotaciones con los estados de excepción gubernativos y, precisamente, para llamar la atención sobre lo extraordinario del programa y la dureza de su contenido.

No se trata de ofrecer un Gobierno de concentración, sino un programa que obtuviera consenso suficiente y por tiempo limitado. Aunque algunos miembros del Gabinete consideraban que el, pacto sería necesario por dos o tres años, esta posibilidad se juzga inaceptable y su término estará comprendido entre nueve y doce meses.

La reunión y la posibilidad del pacto arrancan del convencimiento de que un plan de austeridad no puede tener éxito si se logra su aprobación en el Congreso con un número de votos poco mayor que los que aporte UCD.

De entre los convocados, cree saberse que el Partido Comunista, la minoría vasco-catalana y el Partido Socialista Popular, integrado en el grupo mixto, no pondrán dificultades insalvables para llegar a un convenio final. La incógnita se ofrece respecto a la postura del PSOE, por el riesgo que para el propio partido entraña el pacto, según los términos en que se adopte.

En este sentido y al margen de las conversaciones que Enrique Múgica, secretario de Relaciones Políticas del PSOE, mantiene con Fernando Abril, vicepresidente del Gobierno, no se descarta que pudieran mantenerse contactos a más alto nivel antes del sábado.

La posibilidad de un Gobierno de concentración como frutó de las negociaciones se descarta de plano en medios oficiales, pero nadie duda de que una de las bazas del presidente sería dar entrada en el Gabinete a determinadas personalidades de la Oposición.

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