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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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De Malasaña a los hotelitos

(Arquitecto)Entre lo que he visto estos días sobre el tema de las colonias, ha habido una entrevista, en la televisión, al alcalde, realizada en el parque de la contaminada Fuente del Berro, en la que De Arespacochaga hacía una antología de tácticas municipales, de apoyo a su propio planeamiento. Son las mismas formas que me he encontrado, en los dos últimos años, como asesor urbanístico de la Asociación de Vecinos de Malasaña, y desde hace más tiempo, en la de Palomeras Bajas, y, en general, cada vez que he tocado o seguido este tipo de temas.

El Ayuntamiento nunca presenta de forma clara y definida las razones que motivan un cambio de planeamiento. No se acude nunca a apuntalar y justificar la alternativa municipal, que toma la iniciativa de modificar (agredir más todavía) el ordenamiento existente en un determinado sector. Si surge el escándalo, o al menos la polémica, se utilizan exclusivamente contra-argumentaciones de las de los vecinos, emitidas a posteriori. Esto es una forma muy hábil de jugarar con ventaja, pues inevitablemente, el carácter urgente y decisivo de la respuesta vecinal lleva a la defensa del status previo al nuevo planeamiento, que, generalmente, no es óptimo, sino exclusivamente falto del gradiente necesario para movilizar el juego especulativo de desalojo, transformación y densificación de usos de un sector. Porque esto último es lo que generalmente llevan implícito losplanes de reforma interior.

De otra parte, después de presentar exclusivamente todos los aspectos negativos de la situación de una zona, eludiendo analizarla dentro del marco general de la ciudad y después de insistir repetidamente en lo desproporcionado de la respuesta ciudadana, el Ayuntamiento juega su segunda carta, que es la de tranquilizar. Los términos son casi. siempre los mismos:

-Que nadie se preocupe, porque aquí no va a pasar nada, excepto si ustedes quieren y sólo para aquellos que quieran.

Esto va, evidentemente, encarrúnado a inhibir a un sector de la población, siempre dispuesto a aceptar la versión menos preocupante, y a dividir al resto entre los que quieren conservar y los que quieren reciclar su localización urbana, lo que es lógico y razonable que se dé en un sector de población. Esta táctica es absolutamente dernagógica. El proceso de transformación se ínicia evidentemente a partir de estos últimos vecinos, entre los que se emboscan las posiciones previas tomadas por grupos inmobiliarios, pero está absolutamente probado que cuando se pone en marcha un proceso de transformación de un área urbana consolidada, nada en e¡ sector se puede quedar al margen.

Los planes a que los ayuntamientos nos tienen acostumbrados adolecen, generalmente, de la falta de una clara formulación de sus fines. En los casos en que existen fines expresados, falta la demostración y la instrumentación del marco de garantías, de que de las normas urbanísticasque se aplican se deducirán los objetivos del plan y no otros. Normalmente, cuando se analizan técnicamente los planes, queda clara la falta de correspondencia entre fines y medios. Analizando cada plan en el contexto general de la ciudad se suelen descubrir de forma bastante clara los auténticos fines subyacentes en el planeamiento.

Un ejemplo es el Plan Malasaña (que contra lo que se piensa no ha sido anulado), en que se formula y se intenta cumplir el objetivo de desdensificar, reduciendo el volumen edificable al 60 % del actual. Resulta evidente que el problema de las densidades no es el de los volúmenes (mero indicador en algunos casos), sino él de los usos que éstos encierran de forma más o menos hacinada. El simple cambio de usos de un espacio central, hoy residencial de bajas rentas, hacia un cambio cuantitativo y cualitativo del comercio, los servicios y una distinta tipología residencial (apartamentos), produce una densificación de las actividades conflictivas que no se compensa ni mínimamente con la mencionada reducción de volumen.

Tengo la impresión de que un mecanismo parecido (y sólo he citado uno delos muchos quesubyacen en el Plan Malasaña) se encuentra escondido dentro del nuevo planeamiento de las colonias de hotelitos, como mecanismo de creación del gradiente de interés especulativo, a que antes me refería.

Incluso si ello beneficiara a toda la población actual de las colonias, perjudica extraordinariamente al resto de la ciudad, que no puede seguir congestionándose al ritmo que lo está haciendo, y con el caso del barrio de Salamanca ya tiene suficiente para unos años.

De cualquier modo, también, tengo la seguridad de que en la operación saldrán perjudicados la mayor parte de los actuales residentes en hotelitos, pues ello forma parte de la lógica económica de la operación. Esto es perfectamente demostrable y es fácil aportar antecedentes. Solamente la urgencia con que hoy hay que combatir el tema hace inadecuado extenderse en el detallé de los mecanismos sutiles y complicados que se utilizan.

Por todo ello, los argumentós que en las actuales circunstancias parece adecuado presentar son, desde mi. punto de vista, los siguientes:

1.º Es inadmisible, a estas alturas, un planeamiento en que fines, medios y garantías no se encuentren relacionados de manera inequívoca.

2.º Resulta increíble que unos ayuntamientos que no responden todavía a las estructuras políticas vigentes se atrevan a meterse en un tema tan delicado e irreversible como es la renovación del centro (hoy la casi totalidad del continuo municipal de Madrid).

3.º El futuro de Madrid (metropolitano),. su crecimiento ¡limitado o acotado y como consecuencia el proceso de terciarización del centro, a partir de la extraordinariamente conflictiva, deseconómica y antisocial;situación actual, se tiene que deducir de un amplió debate democrático de marco regional, orientado por la. política democrática de amplio consenso, que es absolutamente necesaria en cuanto a equilibrio territorial, demográfico y de asignación de recursos económicos,a nivel de Estado.

4.º Dado el grado de urbanización a que hemos llegado, todos aquellos que desde distintos sectores hayan propugnado con su voto en las legislativas la consolidación de la democracia tienen que saber que en la viabilidad de la misma juega un papel fundamental la cuestión urbana: equilibrio territorial, mecanismos contra la especulación del suelo, dotaciones para los salarios indirectos de las clases populares, etcétera. Por eso, los demócratas de derechas que hoy detentan el poder de la Administración del Estado tienen que frenar estas intentonas de última hora, realízadas desde las viejas estructuras. En ello les puede ir incluso su propio y personal futuro político, pues si el pacto social no es amplio y digno en todas sus facetas, la vía a la democracia se habrá hecho muy dificil y muy pocos de ellos sobrevivirían políticamente la involución.

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