La crisis de la izquierda francesa divide a la "mayoría"gubernamental
Los líderes del Partido Comunista Francés (PCF) y del Partido Socialista, Georges Marchais y François Mitterrand han declarado su fidelidad a la unión de la izquierda, por enésima vez, a la vez que se alejan más y más uno del otro, desde la ruptura en la negociación del programa común de Gobierno del pasado día 24. Por su parte, la mayoría también sufre una división al analizar la crisis de la izquierda y la estrategia a seguir frente a la nueva situación
Las intervenciones públicas tan esperadas de los señores Mitterrand y Marchais, anteanoche, no han hecho más que convencer un poco más a la opinión francesa de la dimensión profunda de la crisis provocada, la semana última, cuando los tres partidos de la unión intentaban finalizar la actualización del programa común. ¿De qué sirve que los unos y los otros repitan sin cesar que no hay más estrategia que la de la unión y que el único instrumento de la misma es el programa común? Nadie ha cedido en sus posiciones, sino todo lo contrario, y el PS, siguiendo las huellas del PCF, ha desencadenado una campaña nacional de explicaciones.Sus dirigentes y militantes intentarán, como lo hacen los comunistas, demostrarles a los franceses que el responsable es el de la acera de enfrente. Ambas formaciones, por otra parte, han cruzado documentos para exponer sus posiciones, pero el PS no examinará el texto comunista hasta el próximo mes de octubre. Todo lo expuesto indica que no es posible esperar novedades relevantes de manera inmediata.
La mayoría gubernamental, como la opinión pública, sigue minuto a minuto las dificultades de la izquierda. Una vez más, el campo giscardiano se enfrenta con el chiraquista a la hora de interpretar la crisis de la unión de la izquierda. Para las formaciones centristas, favorables al presidente; Valery Giscard d'Estaing, paisaje político francés ha cambiado profundamente», tal como lo expresó antes de salir hacia Moscú el primer ministro, Raymond Barre. La estrategia del presidente, destinada a recuperar una parte del electorado socialista, para consolidar un centro que le permita arruinar a la unión y doblegar al RPR gaullista, está realizándose con la crisis de la izquierda, según los portavoces del giscardismo.
Por el contrario, para el señor Chirac, «no hay que hacerse ilusiones»: la táctica del señor Mitterrand consistiría en usar la crisis para atraer una parte del electorado centrista, pero la «condición marxista» del PS es un hecho irreversible en su opinión. Conclusión de los gaullistas: el enemigo sigue siendo la unión y una izquierdas.
Ya son varios los analistas políticos que, a la vista del desarrollo de la crisis de la izquierda, prevén unos comicios legislativos en los que, explícita o implícitamente, comunistas y socialistas operarían según un acuerdo electoral. Sobre la mayoría, teniendo en cuenta que una parte sustancial del gaullismo no se reconciliará nunca con el giscardismo centrista, también especulan con una concertación del apoyo contra la izquierda. De ser todo así, al día siguiente de las legislativas, Francia se encontraría dividida en dos mitades, pero a su vez, cada una de éstas, dividida igualmente e incapaz de gobernar al país.
Raymond Barre, en Moscú
«Sin el mutuo entendimiento y la confianza no puede haber cooperación duradera», dijo Alexei Kosyguin, presidente del Consejo de Ministros de la URSS, en el almuerzo que ha ofrecido en el Kremlin al primer ministro francés, Raymond Barre Kosyguin subrayó que la evolutiva cooperación franco-soviética en el terreno comercial y científico, especialmente, contribuye a consolidarla relajación de tensiones en Europa.
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