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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Chile, siempre Chile

Respeto profundamente la impresión que el señor Prieto, a través de su clara posición ideológica tiene sobre Chile, a raiz de su visita. Resulta claro para mí que tanto él como el señor González recogieron impresiones totalmente diferentes entre sí y me atrevo a pensar que las del señor Prieto fueron obtenidas a través del cristal de su propia ideología. Esta es la única explicación posible a una serie de afirmaciones que creo interesante destacar.En su viaje de cuatro días a Santiago, el señor Prieto observó que todos los objetos suntuarios tienen precios asequibles al pueblo y que toda la producción nacional es carísima. No se explica, entonces, claramente por qué el pueblo chileno no vive de sus importaciones, mejorando su standard de vida y se dedica a morirse de hambre, en términos que incursionan en lo risible.

Afirma el señor Prieto que durante la época de Allende se daba a los niños chilenos medio litro de leche diaria. El señor Prieto debe saber que a los niños chilenos en esa época se les «anunció» medio litro de leche diaria, pero que dicho esquema jamás fue llevado a la plena realidad. En cambio, el programa nutricional del Gobierno chileno actual, dirigido por el conocido médico doctor Fernando Monckeberg, ha sido calificado por las Naciones Unidas y por la OEA como «el más completo y avanzado plan de nutrición infantil en América», y el Gobierno chileno ha invertido en él sobre veintiocho millones de dólares, sin contar los aportes externos a esta misma iniciativa.

Afirma el señor Prieto que un millón de chilenos viven fuera del país. Esto es verdad. Pero añade que se trata de «exiliados políticos», lo que es falso. La cifra de un millón de chilenos viviendo en el extranjero data de 1960 y corresponde a un censo consular que varía de año en año, pues está basado en la ausencia de aproximadamente 500.000 chilenos, que, al igual que los españoles, trabajan temporalmente en otras naciones. Con posterioridad al 11 de septiembre de 1973 abandonaron el país aproximadamente 30.000 personas, de las cuales sólo 18.000 se autocalificaron como «exiliados políticos». Ojalá esta aclaración sea útil al señor Prieto, pues al escribir sobre cifras estadísticas de una nación es importante fijarlas en el tiempo y en espacio, y, desde luego, privarlas de connotación política cuando no la tienen.

Dice el señor Prieto que Chile «apenas puede exportar otra cosa que cobre». Me es grato informar al señor Prieto que las exportaciones no cupríferas de Chile han alcanzado en los últimos tres años el mismo nivel que las del cobre y Chile está exportando en este momento un total de 2.800 millones de dólares, de los cuales el cobre sólo representa la mitad. Si así no fuera, Chile no podría darse el lujo de pagar a sus acreedores ochocientos millones de dólares al contado, cada año, por una deuda externa que heredó. Ni podría tampoco -y valgan las contradicciones- importar la cantidad de suntuarios que el propio señor Prieto nos señala, si dependiéramos del cobre.

El autor afirma que 30.000 niños sobreviven en Santiago gracias al auxilio directo de la Vicaría Católica de la Solidaridad. Es un dato muy importante, que la propia vicaría desconoce, pues en sus últimas estadísticas, dice que proporciona almuerzo a 8.000 niños, cifra que corresponde al auxilio social de cualquier centro asistencial católico del mundo, y que dista mucho de confirmar la frase de «trastoque» familiar que utiliza el autor, pues el número de niños en Chile es de cuatro millones.

Para mí resulta grato que el señor Prieto haya observado la tranquilidad y el orden que imperan en las calles chilenas y señala que "la represión física ha tiempo que terminó". Pienso que una afirmación así, que derriba por sí misma casi todas las crónicas del propio señor Prieto, anteriores a la que comento, bien vale un agradecimiento.

Ministro consejero Embajada de Chile

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