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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

¿Materialismo dialéctico o histórico?

Hemos dicho siempre que en el marxismo existe una antinomia interna que constituye la base de su dialéctica vital. Así, la oposición entre el materialismo dialéctico y el histórico irrumpe ahora más clara que nunca. Los partidarios del primero pretenden que el marxismo es una visión del mundo, una fundamentación universal del conocimiento. A esta totalidad ontológica aspiraron Engels en su Dialéctica de la naturaleza y Marx en Ideología alemana. Por el contrario, los que ven el marxismo como una nueva visión de la historia lo reducen a instrumento de investigación, pura metodología para el examen de la móvil realidad.Sartre es uno de los primeros que condenan el materialismo dialéctico, al considerarlo como un monismo absoluto que reduce al hombre a una mera partícula que circula en el universo mundo. En consecuencia, reafirma el materialismo histórico para salvar la actividad creadora de la subjetividad. También Althusser, antihumanista, niega el materialismo dialéctico, pero descubre una nueva dimensión de la historia en Marx cuando dice: «El hombre no es el sujeto de la historia», pues ésta tiene estructuras dinámicas objetivadas en sus propias leyes de desarrollo interno.

Storia del pensiero filosófico e scientifico

Ludovico Geymonat. Editorial Garzanti. Milán, 1977.

Ciencias o historia, tal es el dilema que la Escuela de Epistemología de Milán plantea al marxismo, y que constituye el eje de esta monumental historia del pensamiento filosófico y científico.

Ludovico Geymonat, ex combatiente de la Brigada Garibaldina en la guerra de España, fue un neopositivista independiente, estudió en la Escuela de Viena y llevó a Italia las corrientes positivistas más avanzadas. En 1960 publicó, en El Contemporáneo, un estudio sobre Engels que causo sensacion en los círculos científicos. En esa crítica repudiaba la confusión del materialismo dialéctico con ciertas e ilegítimas generalizaciones de las leyes científicas que se elevaban a filosofía.

Sin embargo, Géymonat trata de salvar el proyecto original de Engels, es decir, la dialéctica de la naturaleza y la necesaria conexión entre ciencia y filosofía, que son, para él, la base del espíritu de la ciencia moderna. Ya Della Volpe había intuido en el carácter fragmentario y progresivo de la ciencia la esencia de la dialéctica. Por el contrario, Geymonat reprocha a marxistas italianos como Colletti, Gruppi y otros su historicismo a-científico. Sin embargo, valoriza la obra de Karl Popper, de la Escuela Anglosajona, pese a que consideran el marxismo como una concepción perfecta y rematada del mundo, por consiguiente anticientífica, ya que la ciencia es descubrimiento infinito. Así los marxistas historicistas italianos, bajo la influencia cultural de Croce, al no considerar la ciencia filosóficamente, se encuentran impotentes para afrontar la crítica de Popper al marxismo.

La neutralidad de la ciencia

Geymonat sostiene que la ciencia plantea problemas epistemológicos de validez universal que no se pueden soslayar. «La ciencia no es neutral», afirma el filósofo italiano como tesis central de su obra, y denuncia el peligro de la neutralidad del especialista o de su barbarie, como diagnosticó Ortega y Gasset.La intervención la investigación científica, de la época staliniana, ha desfigurado la verdadera conexión de la filosofía con la ciencia, pero estima Geymonat que la relación entre materialismo dialéctico y ciencia es mucho más compleja de como lo ven los marxistas historicistas, quienes piensan simplemente que el materialismo dialéctico ha corrompido la ciencia. Hay que plantearse, pues, los fundamentos de la matemática, de la física, de la teoría de la relatividad y de la mecánica cuántica.

En este sentido, el filósofo español García Bacca se anticipó al programa del filósofo italiano, estudiando los problemas científicos para extraer conclusiones filosóficas esclarecedoras y luminosas. Por el contrario, Colleti y los historicistas se han encerrado en el silencio, temerosos de caer en la degradación ideológica, y afirmaron que la ciencia es neutral, objetiva.

Por el contrario, Geymonat sostiene que la investigación científica demuestra que ésta vive la relación entre verdad absoluta y verdad relativa, y que llega siempre a resultados provisorios, modificables. Si sólo existe la verdad absoluta, como hipótesis valedera y guía de la acción, todos los resultados de la investigación serán absolutos y definitivos. En este sentido, la ciencia tiene su propio devenir histórico. De aquí procede el llamado compromiso de la ciencia que es la filosofía.

No se trata de justificar una f.losofía de la ciencia, sino de encontrar una mediación entre el discurso científico y el filosófico. Tanto la Escuela Anglosajona como la soviética actual orientan sus investigaciones en esta aproximación epistemológica. Silvano Tagliagambe, discípulo de Geymonat, en su libro La interpretación materialista de la mecánica cuántica, descubre las relaciones entre física y filosofía en la URSS, sobre todo en las obras de VIadimir Fok y Lev Bazenov.

Creemos que el marxismo, como es dialéctico, continuará desarrollándose a través de la lucha, de la contradicción, de la división interna de sí mismo. El destino del marxismo es crear y destruirse como resultado de sus traiciones internas. Muerte y resurrección de la esperanza, como diría Ernst Bloch.

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