Quince personas, ejecutadas públicamente en Uganda
Quince ugandeños fueron fusilados públicamente ayer en la plaza central de Kampala, informa la agencia France Presse desde Nairobi, noticia que ha sido confirmada por fuentes diplomáticas de la capital de Uganda. Mientras tanto, circulan versiones totalmente contradictorias sobre el estado de salud del presidente Idi Amin, y en círculos diplomáticos de Kampala se afirma que se trata de una "enfermedad diplomática", habitual en el dirigente ugandeño en los momentos de crisis.Doce de los quince ejecutados, ex funcionarios gubernamentales y conocidos hombres de negocios, fueron condenados a muerte a principios de mes, acusados de traición por conspirar para derrocar al presidente Amin. Las otras tres personas fusiladas fueron sentenciadas en otros procesos, una de ellas por traición y las otras dos por asesinato. Las citadas fuentes diplomáticas señalan que las descargas de fusil se pudieron oír en toda la ciudad. Al fusilamiento asistieron varios millares de personas.
El jueves, el presidente de Gabón, El Hadj Omar Bongo, que lo es también de la Organización para la Unidad Africana, dirigió un telegrama al presidente Amin, en el que pedía clemencia para los sentenciados.
Las presiones para que anulase las ejecuciones permiten pensar que el dirigente ugandeño haya podido simular una grave enfermedad y quedar, así, al margen de las ejecuciones. En esta operación participó su confidente, comandante Bob Astler, un británico nacionalizado en Uganda y casado con la ministra de Educación, que declaró el jueves que el presidente se encontraba en coma, a consecuencia de una operación sufrida el miércoles pasado.
Todavía ayer, en la oficina oficial de Astler dijeron a los periodistas que éste permanecía a la cabecera del presidente, en un hospital especial situado en una isla del lago Victoria. En la oficina dicen que desconocen si Amin «continúa en coma o no».
Sin embargo, diplomáticos de Kampala afirman que, en la noche del jueves, fue transmitida en televisión la operación del presidente, que consistió en la extirpación de un lunar en el cuello. Amin no recibió anestesia, e inmediatamente después de la sencilla intervención se levantó y se puso a andar.
«Con toda certeza, la operación no le produjo ningún estado de coma, no sabemos por qué sus consejeros dicen que está tan grave», afirmó un diplomático extranjero.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.