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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Gaudí, arquitecto diseñador

Con este mismo título la Agrupación de Diseño del FAD(ADI/FAD), el Colegio de Arquitectos de Cataluña y Baleares, el Colegio de Aparejadores, la Cátedra -Gaudí de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, el BCD (Barcelona, Centro de Diseño) y 813 (Ediciones de Diseño), presentan en el marco gótico de las Reales Atarazanas una nueva lectura de la multiforme producción gaudiniana, basada en su labor diseñadora. La amplia difusión de la obra arquitectónica de Gaudí alcanzada los últimos lustros ha supuesto, a su vez, la aceptación de la imagen de una arquitectura genialoide, caprichosa y hasta gratuita. Con la muestra Gaudí, diseñador, los profesionales más afectos al diseño y la arquitectura tratan de demostrarnos que tras las fantasías decorativas y la gran inventiva formal de sus obras hay una base racional, una peculiar lógica interna llena de un ingenioso y original funcionalismo. Es precisamente esta dimensión de la producción gaudiniana la que más se ha marginado en los múltiples e incontables estudios sobre el arquitecto. Su barroquismo, su fantasía ornamental, la riqueza de texturas, los atentados a la gravedad, su surreal mobiliario, ha cautivado a aquellos que únicamente trataron de ver lo más periférico de su arte. Pero detrás de toda esa panoplia hay una mente racional, un proceso científico de diseñooculto en muchas ocasiones por ciertas apariencias externas que son tan lúcidas como rigurosas.Gaudí es un diseñador en el más puro sentido de la palabra, no en la versión- trivializada que el consumo y el mercado han sumido a la industria. No hace cosmética de la forma ni trata de embellecer las funciones, diseña en profundidad y con imaginación, concibe unas formas y unas funciones que hermanan la tecnología y la fantasía. Por esta misma razón el diseño de Gaudí está mucho más cerca de William Morris y de la arquitectura de hierro que del llamado diseño industrial contemporáneo. Se ha olvidado demasiadas veces que Gaudí, como la mayoría de arquitectos de su generación, fue desde un principio seguidor de las teorias funcionalistas de Viollet-Le-Duc tel más importante teórico de la arquitectura francesa del siglo XIX- y que, además, tuvo la oportunidad de conocer a fondo las características y tecnologías de los diversos materiales empleados en la construcción. Sus primeros años en la calderería paterna de Riudoms (Tarragona) podrían explicar su especial manera de tratar el hierro y, sobre todo, la plancha metálica, aunque su maestría la adquirió posteriormente, trabajando en los talleres de aquellos artesanos que realizaban con buen oficio e imaginación sus proyectos.

Gaudí diseñador

Reales Atarazanas. Barcelona.

La genial habilidad de Gaudí en dominar cada material escogiendo el tratamiento más idóneo para cada caso, se hace muy patente en los pequeños detalles de diseño insertos en su obra arquitectónica. A través de ellos, esta exposición, basada en fotografías, elementos auténticos, mobiliario y piezas facsímiles, nos hace reconsiderar cualquier otra opinión que tengamos forjada sobre el arquitecto de Reus. No es una muestra para mitificar, sino para releer la obra de un genio que en estos momentos empieza a estar desbordado por su propia fama.

Para facilitar la visualización y situar mejor al espectador se ha emplazado de una parte, y en sentido longitudinal, las obras arquitectónicas más relevantes por orden cronológico (Palacio Güell, Casa Calvet, Ballesguard, Parq ,Güell, Casa Batlló, Casa Milá y Sagrada Familia). De otra parte en sentido transversal, se ha dispuesto una ordenación de tecnologías que incluye el tratamiento del hierro, el vidrio, la madera, la cerámica y los metales. A través este sistema podemos leer en cade punto de la malla ordenadora la tecnología específica de un determinado material en un momento concreto del desarrollo de su obra. Casi una lectura sincrónica y diacrónica de ese Gaudí proscrito en su época y mitificado en esta hora.

Detrás de todas sus realizaciones (torres, ventanas, rejas, puertas, grifería, mobiliario, mosaico, vidrieras, etcétera) hay una enorme voluntad por semantizar la forma, por escudriñar los elementos racionales y lógicos que ésta pueda tener y un propósito desaforado de llevar a las últimas consecuencias la plasticidad de las estructuras internas propia de todo trabajo formalizador.

Una nueva lectura del viejo Gaudí, que los folletos de turismo, las películas, los viajes organizados y las revistas sensacionalistas están empezando a transformar en materia de consumo.

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