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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Consumir menos o no consumir

Tanto se viene hablando de la reforma fiscal, que a todos los españoles nos han convencido de la necesidad de llevarla a cabo. Bien es verdad que al país le hace falta, pero lo que no se han parado a pensar los impulsores de la misma, cuáles van a ser las consecuencias de ella.Dicen, ellos, que se conseguirá una más justa redistribución de las rentas; aportando más los que más tienen, las clases menos pudientes se verán favorecidas y aquellas que tienen mayor poder adquisitivo mermadas. Hasta aquí todos de acuerdo.

¿Pero creen ustedes que es esto lo que va a sacar al país del callejón sin salida donde se encuentra? Evidentemente no, y para comprobarlo sólo hay que echar una ojeada a las economías de otros países, donde esta reforma fiscal se practica hace años, y los vemos sumidos en grandes crisis económicas.

Cuando se quiere curar una enfermedad hay que suprimir la o las causas, tratar los síntomas es lo mismo que poner parches, siempre de dudosa eficacia, o lo que es igual, es morir lentamente.

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Si todos, dirigentes y pueblo llano, estamos convencidos de que nuestra caótica situación se debe a que la balanza de pagos está totalmente desequilibrada debido a la sangría de divisas que tenemos, es hora ya de tomar una medida en seno al respecto, restringiendo las importaciones, pero de forma contundente, mañana puede ser tarde; y muy especialmente la de aquellos productos de consumo de los que podemos prescindir con un mínimo de sentido cívico perfectamente. Y quien no lo tenga, peor para él.

Nada se soluciona y todos lo hemos visto en los últimos años, subiendo los precios de los artículos importados, se consume igual o más, porque la necesidad se sigue introduciendo en la mente del consumidor a través de la publicidad sobre todo. Sólo el Estado logra embolsarse unos cuantos miles de millones más al año a costa del sufrido consumidor, y no sólo el Estado, desgraciadamente, sino algunos pescadores de río devuelto.

La auténtica solución está en consumir menos, o no consumir.

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