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Nuevas manifestaciones ecológicas en Francia

A lo largo de este fin de semana, los ecologistas franceses lanzan un nuevo ataque sobre dos frentes: en Naussac (Lozere), contra la construcción de un embalse, y en Bourgoin-Jallieu, contra el proceso de los doce manifestantes del domingo pasado en Crey-Malville. Paralelamente, las autoridades reafirman que el programa nuclear «será realizado» y, en el primer sondeo nacional sobre la cuestión, una mayoría de franceses aprueba al Gobierno. La ofensiva antinuclear y en favor del medio ambiente, dirigida por los ecologistas, se someterá a dos nuevos tests este fin de semana. Desde el viernes, unas 2.000 personas asedian el palacio de Justicia de Bourgoin, cerca de Lyon, en donde empezó el proceso, ayer por la mañana, de los doce inculpados a causa de la manifestación contra el supergenerador Super-Phenix, en Malville. Siete son alemanes, dos suizos y tres franceses. Anoche, a última hora, aún no se conocía el veredicto.

En Bourgoin, ayer, a pesar del deseo de no violencia de los manifestantes, la atmósfera estaba cargada y se temían las consecuencias de un eventual fallo del tribunal contra los procesados. En algunos países europeos, Suiza y Alemania Federal en particular, se desarrollaron manifestaciones en su favor.

Los ecologistas en el Larzac

El mismo temor de confrontaciones graves cundía en Naussac, en donde los ecologistas convocaron una manifestación (se esperaban 10.000 personas) para este domingo, a la que se han unido los agricultores de la región: se trata de protestar contra la construcción de un embalse de agua que acarreará la pérdida de 1.280 hectáreas de terreno fértil, de un pueblo y varios caseríos. Respondiendo a la estrategia antinuclear desencadenada por los ecologistas, que ya conoció un momento culminante en Malville (un muerto, cien heridos y doce inculpados) y que alcanzará su cota máxima el próximo fin de semana en las tierras del Larzac (el Gobierno las ha convertido en campo militar), el primer ministro, Raymond Barre, ratificó de manera categórica la política del Gobierno: «Aplicaremos el programa electronuclear», dijo, y al mismo tiempo aprobó la actuación del ministro del Interior y la del prefecto de L'Isere (circunscripción a la que pertenece Malville), ambos responsables oficiales de los dramáticos acontecimientos del domingo último en los alrededores del supergenerador Super-Phenix.Las autoridades francesas, en estos momentos de tensión antinuclear, han acogido con satisfacción el primer gran sondeo de la opinión pública sobre la cuestión: el 69 % de los franceses, contra el veintitrés, consideran que el aumento de consumo de energía es indispensable para mejorar las condiciones de vida; el 51 %, contra el 39, no se opondría a la construcción de una central nuclear en su región; el 52 %, contra el 39, estiman que el Gobierno actuó como debía en la manifestación de Malville.

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