Críticas en Italia al reparto de puestos publicos
Las federaciones provinciales de Siena de los seis partidos del acuerdo programático de Gobierno (Comunista, Socialista, Socialdemócrata, Republicano, Democristiano y Liberal) se distribuyeron los altos cargos del Banco Monte del Paschi según una lógica de loteo, o de reparto.
Esta lógica consiste en distribuir los altos cargos de los organismos públicos -tal es el caso del banco- según criterios de escueto equilibrio político, sin tomar en consideración la competencia profesional de los designados. Praxis muy común en la Democracia Cristiana, el «loteo» lo condenan oficialmente casi todos los partidos.Representantes comunistas, socialistas y republicanos han condenado sin medias tintas el caso del Monte dei Paschi y no se han reconocido en la actuación de sus compañeros de Siena. Manifestada la condena, subsiste un aspecto que quizá sea el más importante: buena parte de los italianos estima que los comunistas y los socialistas no han de limitarse a no participar en los «loteos», sino qué han de impedir que la Democracia Cristiana siga «loteando» a su exclusiva ventaja.
Intervenía ayer en la polémica el dirigente comunista Emanuele Macaluso desde las páginas del órgano de su partido, L'Unita. Las críticas a lo sucedido en el banco «no carecen de fundamento», dice Macaluso.
El dirigente comunista explica luego la «situación particular» de aquel banco, cuyos administradores han de ser elegidos «en más de su 50 % por el municipio y la provincia de Siena, donde el Partido Comunista tiene la mayoría absoluta». «Es evidente -sostiene Macaluso- que el haber negociado con los demás partidos no es índice de una voluntad de prevaricar, a pesar de que se podía discutir una amplia lista sugerida por organismos no exclusivamente partidistas.»
Según Macaluso, el problema de los nombramientos ha de resolverse dando mayor autonomía a los organismos competentes para que no todo dependa de las secretarías de los partidos. Los republicanos estiman que el Gobierno ha de ejercer su poder de nombramiento y someter luego sus decisiones al Parlamento. Los socialistas, en cambio, pretenden que el Parlamento tenga derecho a formular propuestas para que luego decida el Gobierno.
La polémica sobre el Banco Monte dei Paschi, ha indicado el economista democristiano Nino Andreatta, asesor del líder Aldo Moro, «es el resultado al que lleva la confusión de papem. les entre la mayoría y la oposición, entre el Parlamento y el Gobierno ( ... ). En vez de sofocar la lucha y la dialéctica política, hay que devolver al ejecutivo sus prerrogativas y sus responsabilidades: que el Gobierno nombre sin dejarse condicionar por pactos y mediaciones, entre los partidos. Luego, el Parlamento podrá valorar las opciones del Gobierno».
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