Los transportes urbanos de Barcelona
Se ha publicado en La Vanguardia, y probablemente en muchos otros periódicos, una noticia que no ha dejado de producirme asombro: la de que el Ayuntamiento de Barcelona perderá 5.000 millones de pesetas en el año en curso en su explotación de los transportes urbanos y que pretende que el Estado español sufrague o contribuya a sufragar tan asombroso déficit.No entiendo por qué nadie debe compartir un déficit, resultado indudable de una pésima gestión financiera, ni por qué se debe dar a los ciudadanos barceloneses que figuran entre los de mayor renta per cápita del país, el trato de favor y privilegio de pagar los transportes a un precio inferior a su coste.No creo que se deban subvencionar los transportes urbanos de nadie, sino plantear la explotación de los transportes de modo comercial, como hacen las líneas privadas que cubren el país y para las que cumplir este servicio supone un negocio; pero en ningún caso creo que las provincias más pobres tengan que contribuir a remediar la mala administración de las más ricas. ¿Por qué Soria, o Lugo, o Badajoz, o Almería han de participar en enjugar un déficit del que no tienen culpa, cuando tanta ayuda necesitan ellas? El eterno juego de los países pobres sosteniendo estructuras de los países ricos.
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