"El plan económico del Gobierno es duro, armónico y conguente"

«El plan económico del Gobierno en su conjunto, aunque duro, es armónico y congruente con el objetivo que busca. Para que pueda llegar a buen fin es indispensable que todos los sectores comprendan la ineludible necesidad del mismo»,-dice Rafael Termes, consejero delegado del Banco Popular y promotor activo de la patronal bancaria en carta dirigida a los accionistas de su banco.Se trata de la primera declaración formal de uno de los banqueros influyentes en la gran banca sobre el programa económico del Gobierno. Para el señor Termes en la primera fase de implantación del plan no podrán vislumbrarse los efectos positivos del mismo. «La incomodidad de las empresas, dice,y de las familias correrá pareja con la impopularidad del Gobierno. En la carta a los accionistas el consejero delegado del Popular señala su satisfacción porque el Gobierno haya optado por un drástico plan de saneamiento financiero que restablece la ortodoxia. «La medicina es buena, pero será amarga. La elección de la reducción de la inflación como objetivo prioritario traerá consigo la agravación inmediata del paro que exigirá la articulación de un completo seguro de desempleo financiado por vías excepcionales primero y por cauces presupuestarios después, con una justa participación de todos los grupos sociales.

Acerca de la política monetaria del Gobierno, el señor Termesseñala que una reducción del crecimiento de las disponibilidades líquidas al 15 %anual en diciembre determinaría que el crédito bancario, que en mayo creció al 27% anual, lo tendría que hacer en diciembre al 17 o 185,10. La expansión del crédito bancario al sector privado sería entonces del 21 % frente al 23 del año anterior. Esto supondría que el crédito en el segundo trimestre tendría un crecimiento nulo en términos, reales, siempre que el índice de inflación no pasara del 22%.

En su carta se refiere más adelante a la política de rentas salariales. Dice: «Será un espinoso tema que aún suponiendo que logre superar el rechaío de las centrales sindicales, exigirá una política fiscal que, siencio indispensable para hacer comprender la participación de todos los grupos sociales en el esfuerzo estabilizador, no por ello será menos desanimante de la inversión y de todas las actividades con ella relacionadas. »

Finaliza el comentario con una crítica a la presentación del programa del Gobierno: «No han sido favorables los retrasos y las lagunas producidas después de la devaluación. Este fallo y las manifestaciones de algún ministro (se refiere a Jiménez de Parga) en evidente contraposición con el conocido criterio del rector de la economía han dado pie a rumores sobre discrepancias que han producido desorientación y desaliento entre los empresarios. »