Estados Unidos critica las nuevas colonias judías en Cisjordania
A pesar de los duros términos en que el Departamento de Estado norteamericano comentó la decisión del Gobierno israelí de dotar de existencia legal a tres colonias judías establecidas en el territorio ocupado de Cisjorjania, el presidente Carter continúa mostrándose optimista sobre las posibilidades de paz en Oriente Próximo.
Carter discutió ayer con un grupo de congresistas las consecuencias que podría tener la decisión del Gobierno derechista israelí. Aunque el presidente pidió a los legisladores que le visitaron en la Casa Blanca que mantuvieran en secreto el contenido de la conversación, el senador demócrata Mac Goverri manifestó que Carter se había mostrado optimista y que sigue confiando en que la conferencia de paz de Ginebra, que presuntamente se reiniciará en octubre, conducirá a un compromiso estable en la zona.Sin embargo, el Departamento de Estado comentó con una dureza inusual en las declaraciones sobre Israel la decisión del Gobierno de Tel-Aviv y dijo que la misma suponía la creación de «un obstáculo en el proceso de pacificación». El propio secretario de Estado, Cyrus Vance, manifestó que estaba «profundamente contrariado» por el reconocimiento legal de las tres colonias israelíes en la orilla occidental del Jordán.Según fuentes oficiales norteamericanas, el presidente Carter habría pedido expresamente a Begin, durante sus conversaciones de la semana pasada en Washington, que aplazara el establecimiento de nuevas colonias hasta que se llegara a un acuerdo para la reiniciación de la conferencia de Ginebra. Por parte israelí se comentaba que: las tres colonias ya existían y que la única acción del Gobierno de Begin fue dar las reconocimiento legal, pero que no se pensaba en crear nuevos enclaves judíos en los territorios ocupados a los árabes durante la guerra de 1967.
Réplica de Begin
Mientras la oposición laborista israelí criticaba esta decisión y señalaba que el viaje de Begin a Washington no ha servido más que para subrayar el aislamiento pobtico de Tel-Aviv, el rey Hussein de Jordania declaraba que Estados Unidos posee la «clave de la paz» en Oriente Próximo y los observadores norteamericanos veían en la decisión israelí un nuevo y grave obstáculo,, que hará, junto a la. intransigencia de Begin respecto a la OLP, muy difícil que la conferencia de Ginebra llegue a celebrarse, y mucho menos que concluya con éxito.Las colonias, situadas en lo que los israelíes llaman Judea y Samaria, o «territorios liberados», son las de Camp Kadum, cerca de la ciudad de Nablus; Ofra y Maale Adumin, esta última en las proximidades de Jericó. Begin respondió ayer a los comentarios del Departamento de Estado diciendo que dichas colonias no violaban la ley internacional y que su establecimiento no había supuesto el desplazamiento de la población árabe de Cisjordania.
En cualquier caso, el reconocimiento legal de las tres colonias parece evidenciar la intención israelí de no devolver la orilla occidental del río Jordán, lo que complicará las posibilidades de paz y creará graves dificultades al secretario de Estado, Vance, que inicia la semana próxima un viaje por varias naciones árabes, en un intento de Washington de que estos países acudan a Ginebra en octubre.
Ayuda a Egipto
En vísperas de este viaje, la Administración Carter hizo saber a algunos congresistas que piensa vender material militar a Egipto por un importe de 200 millones de dólares. El pedido está compuesto esencialmente por aviones de transporte y de reconocimiento y se considera un gesto político de apoyo al presidente Sadat, así como un medio de facilitar la misión de Cyrus Vance y de aumentar la credibilidad norteamericana entre los árabes. Hace unos días, la Administración norteamericana anunció ayuda militar a Israel por 250 millones de dólares.
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