Angola acusa de agresión armada a Suráfrica

Angola denunció ayer «ataques de las fuerzas armadas de Suráfrica» en la frontera con Namibia, y advierte que se reserva el derecho de respuesta ante tales agresiones, y a solicitar ayuda extranjera para defender su territorio. Mientras tanto, las emisoras surafricanas afirman que los combates que hay en la zona son resultado de la ofensiva de tropas rebeldes angoleñas que combaten al régimen de Luanda.

La pasada semana, Angola acusó a las fuerzas de seguridad surafricanas de haber derribado un avión Antonov-26 cuando despegaba del aeropuerto de Cuangar, en la frontera angoleña con Namibia, causando la muerte a doce personas. También ha denunciado «el salvaje bombardeo de la presa de Calegue» por la artillería surafricana. Tras estos incidentes, el Gobierno de Luanda dirigió un telegrama al secretario general de la Organización para la Unidad Africana, en el que señalaba que «los actos agresivos surafricanos se deben a la ocupación ilegal de Namibla por el régimen de Vorster y a la ayuda militar y financiera de Estados Unidos y los países occidentales para mantener este statu quo».

Mentís surafricano

Por su parte, la radio surafricana afirma que los incidentes a que se refiere Angola fueron debidos a enfrentamientos con el movimiento guerrillero que dirige Jonas Sawinbi, la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), que disputó en 1975-76 el poder, con ayuda de fuerzas surafricanas, al Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), que dirige el presidente Agostinho Neto. Según la emisora citada, las fuerzas de UNITA habrían capturado la ciudad de Cuangar, y que doscientos; partidarios del MPLA habían sido detenidos, tras cruzar la frontera en su huida. Radio Luanda ha desmentido la caída de dicha ciudad.UNITA afirma tener el control de gran parte del territorio del sur de Angola, y manifiesta que continuará su lucha «hasta la expulsión de cubanos y soviéticos». El movimiento que dirige Sawimbi, que cuenta con apoyo entre la población de la zona, perteneciente a misma etnia que el líder de UNITA, pretende crear una república independiente en el sur de Angola. Esta república sería para Suráfrica un «Estado tampón» que cortaría el camino a las infiltraciones de las guerrillas de Namibia.