Repulsa nuclear y esfuerzo en energía solar
«Quince mil personas trabajan hoy en la República Federal de Alemania para construir el mundo del mañana.» «Las riquezas generadas en el subsuelo terráqueo durante miles de millones de años se consumen por el uso de, dos generaciones humanas. » Detrás de ambas frases, entresacadas de dos hojas de propaganda en favor de la enregía nuclear en la RFA, se oculta sin duda una gran dosis de temor. Los 15.000 «trabajadores del átomo», distribuidos entre trece centrales (6.500 megavatios en total), apenas logran cubrir el 2% de la energía que consume todo el pais.
Más o menos dependientes
Dado que el consumo energético aumenta incesantemente (se duplicó entre 1957 y 1973) las aspiraciones del Gobierno al potenciar la energía atómica no son triunfalistas: se trata simplemente de reducir la dependencia del petróleo (el 97% del crudo procede del exterior). La mitad de todo lo que se produce en la República Federal tiene como origen la actividad de una máquina movida precisamente por petróleo. Otro 45 % de la «energía canalizada» en la RFA procede del gas y del carbón. Luego queda otro 5 % a cubrir por otras fuentes, entre ellas la energía atómica. El ministro de Tecnología, Matthofer, opina respecto de la dependencia exterior que incluso si se cumpliesen las previsiones trazadas para 1985, la RFA deberá contar con que el 85 % de la energía que consuma estará aún en función del petróleo, gas y carbón.En cuanto al gas, la RFA ha pasado a importar 15,4 millones de metros cúbicos, el doble respecto de 1975.
Respectó del carbón, la dependencia exterior de la industria federal es por ahora menor: De un consumo de 33 millones de toneladas anuales, treinta millones proceden de minas alemanas. Con vistas al consumo de 1917 se ha acordado en principio el destino de veintiséis: millones de toneladas de este producto mineral a fines energéticos, a distribuir entre los ferrocarriles, energía industrial y obras públicas. Si se tiene en cuenta que el consumo energético previsto para 1977 será un 6 % más elevado que, el correspondiente al año pasado, la conclusión es que la producción de carbón resulta absolutamente insuficiente (de una tonelada de carbón se obtienen 3.200 kw. hora).
En contra del carbón como base energética se considera el progresivo aumento del precio de extracción. A favor de él, que, dada la estructura social y económica capitalista de la RFA, prescindir de extraer, por ejemplo, siete millones de toneladas equivaldría a despedir a 14.000 mineros de una plantilla total de 120.000.
El átomo, como base energética subsidiaria
Dada la resistencia del alemán medio a la proliferación de centrales nucleares, el Gobierno desea que, al menos, los reactores de que se disponga contribuyan al tratamiento de los «portadores fósiles de energía», especialmente el carbón; de modo que su utilización exhaustiva facilite la progresiva independencia del petróleo.
Sin embargo, el recurso a la energía nuclear como sustitutivo implicará una nueva dependencia respecto del exterior. Los acuerdos de compra de uranio suscritos hasta ahora por la RFA tienen un alcance de medio plazo, lo cual implica una gran incertidumbre para el futuro. En el plan energético para 1985 el Gobierno desea que se garantice la provisión por lo menos para treinta años, al menos hasta el año 2015. En cuanto a los precios, el ministro Matthofer teme que en los próximos años suban desmedidamente por efecto de la demanda.
En cuanto al volumen de provisión, el Gobierno ha importado desde 1972 un total de 30.000 toneladas de óxido de uranio. Según el ministro la compra de 409 toneladas de uranio enriquecido, formalizada no hace muchos meses, al precio de 719 millones de marcos «fue una gran operación».
Política de ahorro
El ahorro energético es otro factor a considerar para reducir la dependencia del exterior. Han proliferado las recomendaciones de los políticos en favor de un uso más racional de la energía. En cuanto al petróleo, los técnicos alemanes consideran necesario reducir el consumo mundial de 2.700 millones de toneladas anuales a 2.000 millones, como mínimo. Según el Anuario Energético Alemán de este año, manteniéndose el actual nivel de Consumo, en el año 2021 se habrán agotado las reservas de crudo. En cualquier caso, insiste el Ministerio de Tecnología, economizar no significa reducir el crecimiento económico, sino usar mejor de la energía disponible. En este sentido, el Gobierno se propone utilizar mejor, mediante un programa de investigación, un derivado energético hasta ahora desaprovechado: En la RFA se desconsidera aún el 60 % de la energía térmica derivada de procesos llevados a cabo sobre la base del carbón, energía nuclear o gas. El resto aprovechado sufre a su vez una reducción de efectividad debido a la no aplicación de técnicas de aislamiento en las viviendas o centros oficiales, o por defecto de uso y distribución.Los nuevos decretos obligan a los constructores a planificar las viviendas contando con una más adecuada distribución del calor de la calefacción. El ministro ha lamentado que el 43 % de la energía de consumo que se produce en la RFA vaya a parar a viviendas y locales públicos, y que el 84 % de este volumen se emplee en calefacción. Como estímulo «convincente» para el ahorro energético, los políticos esgrimen la amenaza de la subida de precios. A este, respecto, el experto de la Democracia Cristiana para cuestiones del medio ambiente, Grulil, ha pedido incluso que se eleven los precios de consumo energético porque con ello se solucionará el problema del paro.
Aparte del discutible método de ahorro propuesto por el diputado democristiano, el ministro de Tecnología insiste en que no habrá más remedio que aplicar una mayor austeridad al consumo privado, por ejemplo en el uso del coche particular. Los diecinueve millones de coches que circularán a finales de este año no deberían consumir más del 10 % del petróleo disponible. En cuanto a la operación «calor a distancia», es decir, el aprovechamiento del potencial de calor de los procesos energéticos, los expertos estiman que, hasta el año 2000, se podría ahorrar por este medio un volumen equivalente a la producción de lignito de todo un año. «Calor a distancia» significará dotar de calefacción «gratis» al menos, a centros de producción, oficinas públicas, colegios, etcétera.
El recurso a nuevas fuentes de energía es también factor importante en el intento de reducir la dependencia exterior. La RFA confía especialmente en la energía solar, el aprovechamiento de la fuerza motriz de los vientos y la energía geotérmica.
Futuro de energía solar:
El recurso a la energía solar cuenta en la RFA con el aplauso de los que se inquietan por la salubridad del medio ambiente, pero este sistema ha de enfrentarse aún con la poca capacidad de los colectores. Anualmente, la RFA dedica veintidós millones de marcos a su investigación. Actualmente se prepara la instalación de uno de ellos en Egipto, a modo experimental, con lo cual la RFA se convertirá en «importadora» de energía solar. Alemania construye también ahora, a titulo experimental, una central solar en la India. Según el ministro de Tecnología, Matthofer, se ha superado satisfactoriamente la primera etapa en el desarrollo de la energía solar, tras las experiencias llevadas a cabo con éxito con distintos colectores durante año y medio.El sector interesa tanto que, tras destinar el Gobierno a este fin y por primera vez en 1975 un paquete de catorce millones de marcos, se anticipa que, en los próximos cinco años se destinará a la promoción de la energía solar 110 millones de marcos. Entre los experimentos más interesantes de los que se llevan a cabo en la RFA en materia de energía solar se encuentra el colector de Wiehl, de 1.500 metros cuadrados, con una producción de cien watios por metro cuadrado. La energía geotérmica sólo se aplica parcialmente en la RFA en lugares en los que existen fuentes termales. Sin embargo, la RFA desarrolla una serie de sistemas destinados a los países volcánicos, como Italia e Islandia. En cuanto a la energía aérea, el ministro de Tecnología es partidario de instalar generadores eléctricos movidos por aire únicamente en aquellos lugares en los que la fuerza eólica se considere constante. La fuerza de las mareas se ha logrado aprovechar ya conjuntamente por Francia y la RFA en una primera gran factoría movida por esta energía marina, instalada en Bretaña. Dada la fisonomía de las costas alemanas, se descarta totalmente el aprovechamiento en este país.
El recurso a las nuevas técnicas energéticas no exime de la búsqueda de recursos convencionales. En este sentido, los alemanes están convencidos de que las reservas petroleras encerradas bajo las aguas del mar del Norte alcanzan a los 3.000 millones de toneladas, equivalentes al 3 % de las reservas mundiales
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