Los principios de la reforma económica
TRES PRINCIPIOS esenciales destacan en la declaración del Gobierno sobre problemas económicos: la gravedad de la situación actual, la importancia de la relación entre cambio político y coyuntura económica y el propósito decidido de situar de nuevo a España en una senda de crecimiento estable y duradero en el plazo de dos años.Para el Gobierno los dos problemas prioritarios son la inflación y el déficit exterior. La gravedad de este último aconsejaba, se dice en la declaración gubernamental, una modificación inmediata del tipo de cambio. Ayer lunes, el mercado de divisas permaneció cerrado y hoy, a primera hora de la mañana, se abrirá con el anuncio por el Banco de España del nuevo tipo de intervención. La devaluación es una medida impopular, pero necesaria, al igual que gran parte de las restantes anunciadas por el señor Camuñas, quien prometió que las cargas se repartirían con criterios de «generalidad, justicia y transparencia».
En todo caso, la pieza esencial del programa es la reforma fiscal. El Gobierno enviará inmediatamente a las Cortes proyectos legislativos sobre imposición del patrimonio, gravámenes transitorios, facultad de inspección fiscal de cuentas corrientes, delito fiscal, persecución de sociedades interpuestas que facilitan el fraude de las empresas, abriendo una moratoria Fiscal para las declaraciones correspondientes al ejercicio de 1976 y reforzando la inspección fiscal para dotarla de personal y medios técnicos suficientes. Para septiembre y diciembre el Gobierno se compromete a enviar a las Cortes sendos proyectos sobre reformas de la imposición directa e indirecta, respectivamente.
La contrapartida de este esfuerzo fiscal es una moderación en el ritmo de crecimiento de los salarios. que será discutida con las centrales sindicales. Acompañando a esta petición, el Gobierno promete una lucha enérgica contra el paro. A este fin incrementará el seguro de paro, encauzando el gasto público hacia las regiones más deprimidas, al tiempo que se ofrecen incentivos fiscales a las empresas que incrementen sus plantillas y se promete que el Estado tomará a su cargo una participación mayor en la financiación de la Seguridad Social.
Hay también el compromiso de flexibilizar el sistema financiero, fundamentalmente mediante la liberación de los tipos de interés y la supresión de los circuitos privilegiados de financiación. Simultáneamente, se anuncia una revisión lenta y a la baja de las actuales tasas de crecimiento de las magnitudes monetarias fijadas por el Banco de España. En el plano estrictamente financiero se apunta como novedad la creación de una institución crediticia dedicada a la pequeña y mediana empresas.
La declaración del Gobierno termina con una nota esperanzadora, indicando su confianza en que «España podrá recorrer un camino hacia el futuro de bienestar, justicia y libertad ».
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