Andalucía sigue olvidada
Acabo de oír por la televisión que los diputados (procuradores) y senadores elegidos por Catalunya, se han reunido en asamblea esta tarde. Parece ser que tanto Euskadi como Catalunya van a obtener su autonomía, por la que tanto han luchado y me alegro de todo corazón de que sea así.Pero soy andaluz y temo que Andalucía sea de nuevo sacrificada una vez más en aras de otras regiones más ricas y desarrolladas.
Parece ser que nadie se acuerda de que esta región también necesita que se le respete su propia personalidad. Que no se le pida que contribuya en mayor proporción que otras regiones más ricas a los gastos nacionales y que se estudie con seriedad la forma de dotar de una industria capitalizada, capaz de suministrar puestos de trabajo que les permitan una vida digna a tantos andaluces que tuvieron que salir al extranjero en busca del jornal que su tierra no les podía proporcionar.
Otro peligro que se cierne sobre esta tierra es que se convierta otra vez en experiencia de reforma agraria. Estoy de acuerdo en que existen latifundios, y éstos deben ser distribuidos de una forma social entre los que no tienen tierras y quieren cultivarlas, pero la tierra en Andalucía engaña bastante. Muchas de estas grandes extensiones, sin cultivar, cubiertas por terrenos de pastos, dan unos rendimientos tan bajos que no darían rendimiento para cubrir los gastos de explotación. Son tierras empobrecidas que están como deben estar, porque si la tierra es pobre, los fertilizantes pueden hacer que tenga dos o tres años de buenas cosechas, pero después no se obtendrá ni para los fertilizantes.
Me atrevo a solicitar a los líderes políticos que representan a Andalucía, que entre otros acuciantes problemas, unas comunicaciones más racionalizadas, entre ellas la unión por ferrocarril de Levante con Sevilla, terminando el ferrocarril Baeza-Utiel, para evitar el despilfarro de energía quesupone el tener que subir los trenes de Alcázar de San Juan (como quien dice a las puertas de Madrid). Esta obra se comenzó alrededor de 1922 y ha pasado por ella una monarquía constitucional, dos dictaduras y una república.
Las piritas de Huelva, como otros minerales producidos en Andalucía también se merecen que se estudie la forma de beneficiarlos totalmente en la propia región, saliendo ya de ella como productos acabados.
En cuanto al problema de las pesqueríaa andaluzas, es hora ya de que se les den unas soluciones aceptables.
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