_
_
_
_

Vía libre a Carter para que apruebe hoy la fabricación del bombardero "B-1"

Después de que la Cámara de Representantes norteamericana aprobara ayer la asignación de fondos para la construcción de cinco unidades experimentales del nuevo bombardero estratégico B-1, el presidente Carter tiene el camino despejado para dar su visto bueno al programa de fabricación en serie del polémico bombardero, que algunos califican como el ingenio bélico más caro de la historia.

Según todos los indicios, Carter anunciará su decisión sobre el B-1 hoy, jueves, en una conferencia de prensa que celebrará en la Casa Blanca. Y, aunque el presidente fue un decidido adversario del nuevo bombardero durante su campaña electoral, la opinión más extendida en los círculos políticos de Washington es que modificará su postura y dará la luz verde para la construcción en cadena del B-1, si bien en una escala menor a la solicitada por la Fuerza Aérea.Tras un agitado debate, la Cámara de Representantes aprobó por un margen de 65 votos la provisión de fondos para el próximo año fiscal, destinados a la fabricación de cinco nuevos bombarderos B-1, que se sumarán a los cuatro ya existentes. Mientras los enemigos del avión lo calificaban como un hijo inútil y un derroche ineficaz, sus partidarios lo definían como la única arma capaz de detener una futura guerra atómica y de asegurar una capacidad defensiva a Estados Unidos frente al «maligno crecimiento del poderío soviético».

El bombardero estratégico B-1 tiene un coste estimado por unidad superior a los cien millones de dólares (unos 7.000 millones de pesetas) y el programa de construcción pedido por el Ejército del Aire, que constaría de 244 aparatos, un precio total de 100.000 millones de dólares. O dicho en las cifras de un senador opuesto al proyecto, «cien dólares por cada minuto, desde el nacimiento de Cristo hasta hoy».

Para sus partidarios, el B-1 es esencial para reforzar la «triada» de armas estratégicas norteamericanas, compuesta por los misiles balísticos intercontinentales, los misiles disparados desde submarinos y los bombarderos pilotados. Esta última función la desempeñan hasta ahora los B-52, que tienen su origen en un modelo utilizado en la segunda guerra mundial, y el plan del Departamento de Defensa es sustituirlos en las próximas décadas por el B-1, capaz de volar a baja altura, esquivar el radar y penetrar en territorio enemigo portando bombas atómicas.

Adversarios, intereses

Los adversarios del B-1, entre los que se cuenta desde ayer el diario The New York Times, que editorializó sobre el tema, alegan que el enorme gasto no serviría para nada en el muy probable caso de que los soviéticos perfeccionen en los próximos años sus defensas antiaéreas, con lo que el nuevo bombardero supersónico perdería su capacidad de penetración. Además, argumentan los oposito res al programa, la misma función del B-1 puede ser desempeñada por los viejos B-52, con algunas mejoras técnicas y, sobre todo, por el misil Crucero, que podría dispararse desde fuera del territorio enemigo, por medio de una versión militar del avión comercial 747. El complejo mundo de intereses económicos y de influencias de todo tipo que se mueve detrás del programa de construcción del B-1 , hará muy difícil la decisión presidencial. Durante las pasadas se manas, Carter ha tenido sobre su mesa de la oficina oval un grueso dossier en el que se recogen los pros y los contras del bombardero estratégico.

Se espera, por tanto, que Carter de el visto bueno al B-1, aunque con alguna modificación. Lo más seguro es que apruebe una construcción parcial de la flota de bombarderos solicitada por la Fuerza Aérea y en vez de 244 aparatos de autorización sólo para la fabricación de 150 unidades. En cualquier caso, esto significarla una victoria para los defensores del B-1, que sólo tendrían que esperar a la discusión de nuevos presupuestos para ir aumentando el número de bombarderos en servicio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_