Moris: un rocker argentino en Madrid
Desde hace ya unos meses viene actuando en Madrid y alrededores un hombre insólito: Moris. El es uno de los grandes pioneros de rock argentino, un hombre que ha permanecido fiel a sí mismo, a su gente y a su música desde hace muchos años. Mientras que otros sudamericanos, caídos entre nosotros por las más variadas razones, sólo en algún caso políticas, han recibido en España todo tipo de agasajos y facilidades, grupos como Aquelarre o Moris sólo han llamado la atención de algunos especialistas.
Rock urbano
Lo que Moris pudo aportar a estas alturas es una forma directa e intuitiva de entender el rock. El rock como producto de la gran ciudad, apegado a sus habitantes y sus problemas. Las florituras se hacen innecesarias y tanto la letra como la música, aparentemente ingenuas, poseen una fuerza enorme.No es corriente ver pasearse por nuestras calles a un elemento que parece haber surgido del fondo de los años 50. No es normal ver el espectáculo de un hombre solo cantando con una guitarra eléctrica «yo soy el chaval que te sirve la cerveza en un bar de Hortaleza». Tras este aparente ripio se esconde la vida de muchos chavales que sirven cerveza, que lavan coches o que trabajan en cualquier tienda de Madrid. Es gente a la que importa mucho que (simbólicamente) «no les pisen sus zapatos de gamuza azul». Jóvenes que, si son mujeres, tienen miedo de retrasarse un poco a la hora de llegar a casa. Es un mundo que muchos hemos vivido en alguna forma, pero que tan pronto hemos supera do, tratamos de olvidar.
Moris no lo olvida y él solo, a pelo, trata de revivir una forma musical que, según él, no ha pasado: el rock & roll.
Verle actuar es toda una experiencia. Su imagen, de puro sincera, no resulta camp, sino muy actual. Todo lo más, echamos de menos el no haber tenido en su momento y entre nosotros un intérprete así. Bruno Lomas y Miguel Ríos pudieron haberlo sido, pero prefirieron dejar de jugar con el hambre. Y es que para hacer la música de Moris hay que estar dispuesto a pasarla. No es bueno que un cantante quiera permanecer ajeno a los manejos y manipulaciones de la industria. No es fácil llegar a ningún lado si uno no está dispuesto a limar las aristas más groseras e incisivas de su personalidad o de su música. Pero por todo ello, precisamente por todo ello, Moris es un cantante de verdad urbano, tan poco refinado, pero tan descarado y en el fondo sensible como los jóvenes a quienes canta. Bienvenido.
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