Argelia celebra hoy el 12 aniversario del golpe de Estado de Bumedien
Argelia celebrará hoy con todos los honores el duodécimo aniversario de lo que se denomina el «reajuste histórico» del 19 de junio de 1965, fecha del golpe militar encabezado por el coronel Huari Bumedien, que aquí se entiende como punto de partida de la radicalización de la revolución argelina.
Hemos buscado en vano el nombre de Ben Bella en los diferentes recordatorios de esa fecha de que hacen alarde los medios informativos. Aunque no se le menciona, las alusiones al mismo traslucen nítidamente entre las críticas a la institucionalización del poder personal de esa época que, se asegura, había abierto una peligrosa vía hacia todos los desviacionismos.Oportunismo, delación, equilibrismo político como método de Gobierno, sabotaje de la economía, anarquía, inestabilidad e inseguridad, he aquí algunos de los términos empleados en sólo dos párrafos de un editorial por el órgano teórico del FLN (Frente de Liberación Nacional) «Revolución Africana», al referirse a lo que sucedía en este país en 1965.
El reajuste o fenómeno de autodepuración de la revolución argelina representa una época que los argelinos desean olvidar piadosamente, prefiriendo tratar de la institucionalizacíón del proceso político de este país, consagrada por la nueva Constitución aprobada recientemente, junto a la «carta nacional», verdadero credo ideológico y código de conducta para los años venideros, y la propia elección de Bumedien y de la Asamblea Legislativa, todo ello con escrutinios favorables del 90% de votos.
A la hora de aquilatar los logros de estos doce años de mandato bumedienista, los argelinos destacan las transformaciones operadas en el marco agrario, con la instalación de las primeras cooperativas socialistas y el voluntariado hacia el campo, y la edificación de los poblados socialistas que forman un conjunto de condiciones de vida nueva y representan una mutación sicológica con el pasado.
Todo ello, afirman, bajo el efecto de una transformación progresiva de las relaciones sociales, que modifica, a su vez, la organización económica, la cual ha entrado de lleno en una etapa de independencia y tercermundismo.
Si la revolución argelina se ha dotado de instrumentos ideológicos, políticos e institucionales, destinados a reforzar su opción socialista, las carencias de ese proceso, en lo que se refiere a la gestión de la vida diaria, ha sido denunciada por el propio Bumedien en una crítica despiadada del inmovilismo de las estructuras políticas.
La campaña contra el despilfarro es uno de los imperativos de la hora presente, condenándose el empleo inmoderado de artículos importados.
El voluntariado estudiantil en el campo es otro de los capítulos que aquí se defiende con mayor rigor. Ayer por la mañana, columnas de jóvenes desfilaron por las calles de Argel, acompañándose de cantos rítmicos y portando banderas rojas, en lo que constituyen los prolegómenos de la campaña veraniega de trabajo voluntario, que dará comienzo en la primera semana de julio.
Los objetivos fijados por la revolución a los estudiantes son: contribuir a consolidar el sistema de cooperativas por medio no sólo del trabajo, sino a través de una función didáctica, consistente en explicar los fundamentos de la revolución agraria a la pequeña y mediana propiedad rural, que todavía se muestra reacia a adherirse al sistema.
Ayer se conmemoró el quinto aniversario de la aplicación de la revolución agraria, a través, de un «viernes socialista» del trabajo (el viernes ha sustituido al domingo aquí), recordándose que una de las bases del socialismo argelino estriba en la adhesión de los fellah (campesinos).
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