Un nuevo imperialismo
El autor analiza en una documentada síntesis el complejo mundo de las comunicaciones de masas, sus implicaciones comerciales y económicas y, sobre todo, la influencia sociológica que tiene en los pueblos subdesarrollados este control de los medios audiovisuales. Todo ello al servicio de los intereses financieros y militares de USA.El imperialismo de la cañonera ha sido sustituido por la sutil penetración de ofrecer la civilización del consumísmo a través de la radio y la televisión. Millones de hombres y mujeres, en todo el mundo, están sometidos a un tratamiento sicológico que les hace apetecer unos productos y unos bienes de consumo que, en la mayoría de los casos, son inalcanzables a su precaria economía. En el aspecto cultural los resultados son todavía más caóticos. El espectador se habitúa a unos planteamientos prefabricados, a una realidad engañosa, a un género de vida mediocre y rutinario, cuya suprema ética es la expuesta en los seriales de telefilmes del Oeste. Produce asombro los millones de personas que en diversos continentes han seguido los episodios televisivos de Bonanza, 350 millones a la semana en sesenta países.
El imperialismo USA en la comunicación de masas
Herbert I.Schiller. Akal Editor. Madrid, 1977.
Herbert I. Schiller ofrece estadísticas cuyos resultados, tanto economicos como meramente indicativos, producen escalofríos.
Pero quizá el aspecto más sustancial de este estudio son las facetas financiero-militares de un dominio a escala mundial. Quien posea el control de las telecomunicaciones mundiales tendrá la victoria militar en sus manos. Todos los avances tecnológicos, en este campo, están cifrados en asegurar el predominio norteamericano. Las modernas técnicas de la electrónica que funcionan y se desarrollan en el ámbito de compañías privadas están sometidas a la supervisión del complejo financiero-militar.
El reconocimiento de que el poder económico y la capacidad en los medios de comunicación -dice el autor- podrían complementarse eficazmente para promover la creación de un siglo norteamericano evolucionó lentamente.
El monopolio mundial en las comunicaciones de masas -agencias de noticias, publicidad, telefonía, radio, televisión, comunicaciones espaciales...- ha adquirido proporciones gigantescas que afectan a toda la Humanidad.
Para Herbert I. Schiller, la televisión, la fuerza más educativa que existe, ha sido abandonada, casi completamente, a las consideraciones privadas y a las extravagancias del mercado. Pero su voz no ha quedado aislada y desoída. La Fundación Ford ha propugnado una corporación de radiodifusión pública que no tenga como fin la ganancia.
Babelia
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