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Entrevista:

"El teatro debe plantearse como servicio público"

Entrevista con Francisco José Mayans, director general de Teatro y Espectáculos

EL PAIS-¿Cómo calificaría la actuación de la Dirección General de Teatro y Espectáculos en esta etapa de transición? ¿Qué cometidos concretos va a tener en una próxima reestructuración?F. J. Mayans.- La Dirección General de Teatro y Espectáculos ha intentado afrontar, con el máximo realismo, los problemas y dificultades existentes para trazar unas líneas de actuación concretas que sirvan a una política teatral. Quizá el punto de partida y la raíz de todos estos problemas esté en una grave insuficiencia presupuestaria y en la seria hipoteca de un déficit que ha limitado considerablemente la gestión directa del sector público. Equilibrar esta situación ha sido objetivo prioritario al que se han dedicado los mayores esfuerzos, según instrucciones superiores. Quien no conozca los condicionamientos jurídicos y administrativos que pesan sobre nuestra acción cotidiana difícilmente podrá imaginar los obstáculos que hay que vencer. Por otra parte, en todo momento hemos querido dialogar abiertamente con todos los sectores de la vida teatral española, analizando sus propuestas y afrontando los planteamientos que nos han formulado. También, por descontado, las críticas a que debe estar sometida toda gestión pública. De este diálogo permanente ha salido positivamente reforzado nuestro propósito de liberalizar al máximo el teatro español, con el fin de que éste refleje, sin cortapisa alguna, la sociedad de hoy. No puedo decirle qué cometidos tendrá la Dirección General de Teatro y Espectáculos en una próxima reestructuración administrativa, porque desconozco el alcance de tal cambio. A título personal, creo que el teatro debe encuadrarse en un departamento encargado de la política cultural, en el que se contemplen y atiendan las necesidades exigidas por la robusta dinámica social del pueblo español.

EL PAIS.- El teatro durante el franquismo fue considerado como enemigo público. Como político y persona interesada en el teatro, ¿qué función tiene el teatro en la sociedad?

F. J. M.- El teatro debe ser considerado, a mi juicio, desde una triple perspectiva: como hecho artístico, como hecho cultural y como hecho social. Por su condición de fenómeno artístico, sólo es válido en la medida en que se sustente sobre conflictos del ser humano. A partir de esta idea, el hecho artístico se incorpora y sirve a la cultura del país donde se produce y debe extenderse al mayor número posible de ciudadanos. Y como hecho social, el teatro tiene utilidad en cuanto se desarrolla como tribuna de controversia pública encaminada a la formación de una sociedad más crítica y más sincera consigo misma. A partir de tales consideraciones, entiendo que la Administración se debe plantear el hecho teatral como «servicio público y bien de cultura necesario para todos», como lo reclama acertadamente Juan Antonio Hormigón.

Líneas maestras

EL PAIS.- El teatro en este país tiene que sufrir profundas transformaciones. ¿Qué líneas maestras podrían configurar una auténtica política cultural referida al teatro?F. J. M.- Creo que las necesidades son tan claras y llevan tanto tiempo esperando soluciones, que formular una política teatral bastaría con un poco de sensibilidad y otro tanto de sentido común. Con todo respeto, discrepo radicalmente de quienes nos suponen incapaces de formularla. Subrayo que, por desgracia, lo único que nos faltan son medios económicos y comprensión donde debiera haberla. De contar con estos elementos imprescindibles, estoy convencido de que podríamos replantear, en cuestión de días, una política teatral cuyos esquemas más urgentes me parecen ser los siguientes:

- Crear y preparar al futuro, espectador desde su edad escolar.

- Revisión de los Teatros Nacionales, con el fin de convertir en auténticos centros dramáticos estables, en los que se puedan investigar y poner en práctica todas las vertientes del hecho teatral, dotándolos de todos los medios materiales y personales necesarios para que puedan llevar a cabo su función. Al hablar de centros drarriáticos estables, lo hago en un sentido amplio, incluyendo todas lasvertientes del fenómeno teatral, desde el teatro dramático, al teatro lírico, danza, ballet, etcétera.

- Descentralización teatral, para lo que es imprescindible partir del hecho regional y municipal y de la cultura a estos mismos niveles. Me parece un ejernplo a tener muy en cuenta la admirable realidad del Teatre Lliure, de Barcelona o el proyecto cooperativista que se está elaborando para Vitoria. En estos casos y en los que espero se produzcan, el apoyo oficial debe ser generoso.

- Auténtico programa de fomento del teatro privado con esquemas económicos suficientes que den al concepto de subvención un sentido automático que ahora, desgraciadamente, no tiene. El teatro es subvencionable, por principio.

Esto llevaría consigo una política fiscal adecuada que favorezca las manifestaciones teatrales y quizá la creación de un Fondo de Protección al Teatro.

- Un análisis de la situación profesional a todos los niveles, con normas.y reglamentaciones que garanticen la situación laboral de los profesionales.

- Acomodar las leyes a las necesidades totales del teatro que se hace hoy, con especial referencia a la actualización del reglamento de locales y de espectáculos públicos.

Libertad de expresion para el teatro, suprimiendo la censura previa administrativa, sin abandonar la protección del menor y la mera orientación del adulto.

- Participación de los profesionales en el planteamiento y formulación de la política teatral concreta. No es necesario para ello el habitual reflejo de soluciones extranjeras, puesto que tenemos nuestro propio precedente en el reglamento que desarrolla la ley de creación del teatro español en 1909, según ha subrayado Mario Trinidad en un interesante estudio sobre el tema.

EL PAIS.-La legislación actual en materia teatral (permisos, locales, formación de grupos, actuaciones en la calle, nuevas salas ... ) tiene que actualizarse. ¿Estos aspectos podrían contemplarse en una ley de Teatro elaborada de forma democrática por todos los sectores del hecho teatral?

F. J. M.-Pienso que sí. Y de hecho puedo decirle que con ideas recogidas en un documento de trabajo elaborado ya por la Dirección General de Teatro y Espectáculos y que será ofrecido como aportación de este centro directivo a los estudios que lleven a feliz término esa ley, cuando de ella se ocupe el nuevo Parlamento. Este documento, a modo de borrador, contempla el teatro desde todas sus perspectivas y problemas actuales, como un fenómeno que necesariamente debe ser revisado. Tengo para mí que el Gobierno surgido de las próximas elecciones abordará es ta tarea como parte de la problemática cultural española.

Censura

EL PAIS-¿Cuándo va a desaparecer la doble censura que pesa sobre el teatro: en el texto y en el montaje?F. J. M.-Este tema depende de planteamientos políticos que están muy por encima de nosotros. Por lo que valga, mi opinión es que la sociedad ha evolucionado con espléndida salud y que la creación artística dehe desarrollarse sin cortapisa de ningún género. Insisto en lo dicho antes sobre este punto, y por lo demás me parece que nuestro cirterio se deduce claramente al echar un vistazo a la cartelera teatral de la última, temporada.

Presupuestos

EL PAIS.-El presupuesto estatal dedicado al teatro es de doscientos millones al año, lo que indica un secular desprecio por la cultura... ¿Con qué criterios se distribuye este presupuesto?F. J. M.-Debo aclararle que la cifra global para gestión directa por organismo autónomo Teatros Nacionales y Festivales de España y para fomento y subvención del teatro privado viene a ser de unos 250 millones de pesetas. A título comparativo, puedo decirle que sólo el National Theatre de Londres tiene un presupuesto superior a los trescientos millones anuales; o que Polonia, para teatro infantil, dedica novecientos millones de pesetas al año. Los ejemplos similares, Tara nuestro sonrojo, son múltiples.Es muy difícil repartir cantidad tan pequena y sobre todo no incurrir en resoluciones que puedan ser tachadas fácilmente de arbitrarias. De ello somos plenamente conscientes y, por tanto, sólo pretendemos, al aplicar presupuestariamente tales cifras, acudir de un modo simbólico e indicativo a la mayor parte de los sectores teatrales en liza. Como dice el refrán, cada maestrillo tiene su librillo. Por consiguiente, caben varios planteamientos para utilizar un presupuesto tan menguado, y doy por sentado que la forma en que lo hacemos es discutible, como cualquier empresa humana, excepto en lo que concierne a la absoluta honestidad con que se ha hecho. A este respecto, me pareció correcto hacer pública la relación detallada de los beneficiarios de las subvenciones de esta Dirección Teatral. Así lo hicimos en 1976 y así lo haremos en breve.

EL PAIS-¿Cuándo va a reconocer el Gobierno el trabajo desarrollado por los grupos de teatro independiente? ¿Qué parte del presupuesto se les va a adjudicar? ¿Hasta cuándo va a actuar sobre ellos la censura, las multas, las prohibiciones de obras y apertura de nuevos locales?

F. J. M.-Creemos que la problemática del llamado teatro independiente no es tan simple ni elemental como a primera vista parece. La mayor parte de las respuestas a tales problemas afectan al teatro como totalidad y a las leyes que hoy lo encauzan. Puedo asegurar que la Dirección General de Teatro y Espectáculos está viendo con simpatía la labor realizada por los distintos grupos existentes y reconoce sus esfuerzos por incorporar nuevos comportamientos artísticos y nuevas estructuras empresariales al teatro. Creo que nuestra postura de diálogo y acercamiento la hemos demostrado con hechos que no me corresponde a mí enumerar. Me preocupan en estos momentos las reivindicaciones planteadas por la Asamblea Profesional de Teatro Independiente y que intentaremos encauzar y resolver en la medida en que nos corresponda. Debo subrayar que alguna de ellas escapa enteramente, por desgracia,a nuestra competencia. Finalmente, pienso que todos estos problemas serán objeto de ,análisis en el próximo Congreso del Teatro,que está siendo convocado por distintos profesionales y que esta Dirección General ve con especial interés y satisfacción, confiando que én él se debatan los grandes temas pendientes del fenómeno teatral español.

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