Aumentan las tensiones internas en los dos grandes partidos alemanes
Durante el pasado fin de semana se han acentuado dramáticamente las tensiones dentro del Partido Socialdemócrata Alemán y también en las filas de la democracia cristiana. La Unión Cristianodemócrata ha tenido que resistir una embestida del líder del a la bávara del partido, Franz Josef Strauss, que califica de «tendencia socialdemócrata » la solución de Kohl y sus colaboradores inmediatos respecto del problema de empleo que padece el país.
El exponente ultraconservador alemán se opone a que se acepte en las filas democristianas fijar la edad del retiro en los sesenta años, la ampliación de los estudios secundarios en un año y la apertura de una cuenta especial con destino a la «formación humana» en favor de todos los alemanes tras su primer año de vida. «Estas soluciones no constituyen una alternativa real», ha dicho Strauss.Aunque las razones de la oposición de Strauss tengan una raíz personal -se enteró de estos planes por la prensa, a pesar de desempeñar funciones de portavoz de la democracia cristiana para asuntos financieros-, los socialdemócratas han coincidido con él en que la oferta de la oposición no pasa de ser un parche.
Mientras tanto, también se ha oscurecido el panorama interno de la socialdemocracia, tras los últimos congresos efectuados por el partido en Baden-Wuerttenberg, Berlín y Hannover. En Berlín se ha consumado la retirada total del hasta hace un mes alcalde gobernación y jefe de los socialdemócratas de la ciudad-estado, Klaus Schuetz, reemplazado por el conservador Gerd Loeffler -a quien el ala izquierda del partido acusa de «tendencia a la apropiación indebida de poderes».
La misma confrontación entre fracciones de izquierda y derecha se ha manifestado en Baden-Wuerttenberg, región en la que se ha confirmado en su puesto al ex ministro Erhard Eppler, jefe del partido en el citado Estado, y contrario a la proliferación de centrales nucleares. La derecha, en este caso perdedora, le acusa de tratar de imponer este criterio a toda la RFA. Por su parte, el partido de Baja Sajonia ha adoptado también una postura drástica en este sector, al decidir por absoluta mayoría en contra de la construcción de factorías atómicas, en tanto el Gobierno de Bonn no resuelva los problemas que conlleva un amplio plan nuclear.
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